La presidenta Cristina Fernández de Kirchner vivió en sus mandatos varios cacerolazos encabezados por amplios sectores de la sociedad, pero en su gran mayoría por las clases medias y medias-altas. Es por eso que cuesta ver una imagen como la que sucedió en Plaza de Mayo por los 30 años de democracia.
Recién comenzaban los festejos en el escenario que da la espalda a la Casa Rosada, cuando un integrante de la banda "El Choque Urbano" le acercó a la mandataria una cacerola para que la use para golpear a modo de percusión. Cristina se reía y aseguraba que no sabía que es lo que tenía que hacer, pero enseguida se puso a golpearla.
En un momento parece tener una mueca de consternación, pero la presidente supo disfrutar el momento y reírse junto a los músicos.