Al cumplirse 15 años del homicidio de Ezequiel Demonty, quien murió al ser torturado por un grupo de efectivos policiales y luego obligado a tirarse al Riachuelo en cuyas aguas se ahogó al no saber nada, se desarrollará un acto en memoria y justicia frente al lugar en la que el adolescente fue sometido a los apremios ilegales por los uniformados en aquella noche del 21 de septiembre de 2002. La cita es mañana, a partir de las 14, en el cruce de la avenida 27 de Febrero y calle Agustín de Vedia, a metros del puente de Nueva Pompeya, bajo el lema: “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”, donde Dolores Sigampa, la madre de Ezequiel Demonty, acompañada por otros familiares de víctimas y organizaciones sociales, arrojará quince balsas de caña con un pequeño ramo de rosas, a modo de homenaje, por cada año de ausencia y lucha por la verdad.
Cabe recordar que por este recordado episodio de violencia institucional fueron condenados los ex policías Gastón Javier Somohano, Alfredo Ricardo Fornasari y Gabriel Alejandro Barrionuevo a prisión perpetua por el delito de “torturas seguidas de muerte” y también Luis Emilio Funes y Luis Antonio Gutiérrez, otros dos miembros de las fuerzas de seguridad, a penas menores. Demonty, de 19 años, fue interceptado por un patrullero de la comisaría 34ta. de la Policía Federal Argentina, cuando caminaba por las inmediaciones de su casa en el Bajo Flores, junto a dos amigos, tras haber salido de una bailanta.
En un procedimiento irregular, los tres jóvenes fueron detenidos y conducidos en el móvil hasta la zona del puente de Nueva Pompeya. De acuerdo a lo determinado en la posterior investigación, los uniformados luego de someterlos a apremios ilegales, obligaron a Ezequiel, como así también a Julio Ismael Paz y Claudio Maciel a tirarse a las aguas del Riachuelo. Al no saber nadar, murió ahogado y su cuerpo fue hallado una semana más tarde.