El secretario de Gobierno de Quilmes, Fernando Pérez adelantó que se viene una política de "tolerancia cero" contra manteros y puesteros que trabajan en la vía pública, a quienes buscarán "reubicar y reinsertar en el mercado" para que no pierdan su fuente de ingresos.
El anuncio está en sintonía con las políticas que aplica el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, donde en las últimas horas fueron desalojados cientos de manteros de la avenida Avellaneda, en el barrio de Flores.
Al ser consultado sobre la situación de la Peatonal Rivadavia y la Plaza de la Estación de Quilmes, Pérez fue más allá y remarcó: "Vamos a ser estrictos, no se permitirá la venta ilegal en ningún rincón del distrito. Dentro de la ley todo, fuera de la ley nada".
No obstante, el funcionario reconoció que se trata de "un tema sensible" y, pese a que no dio precisiones al respecto, señaló que "se estudia la posibilidad de insertarlos al mercado laboral".
"Queremos que se inscriban en el monotributo y ofrecerles un lugar para que vendan sus productos. Esto, claramente, no será para quienes comercialicen mercadería de dudosa procedencia", enfatizó en diálogo con El Quilmeño.
Nuevos inspectores
El Municipio de Quilmes puso en disponibilidad a once inspectores del área de Comercio, Espectáculos y Vía Pública, quienes pasarán a cumplir tareas en otras áreas que no tengan que ver con el control.
Quienes los reemplacen serán los encargados de controlar la venta callejera. "Vamos a capacitar nuevos inspectores alineados a los valores de nuestro Gobierno, con el objetivo de buscar mayor transparencia", aseveró Pérez, al tiempo que agregó: "Quilmes se había convertido en una ciudad marginal, donde los que evadían la ley tenían más derechos que aquellos que cumplían con todas las normas. Sin dudas, los inspectores eran responsables en parte de que esto ocurriera".
La semana próxima pasaría lo mismo con otros inspectores del área de Tránsito, a quienes popularmente llaman "zorros grises".