Ebanie Bridges fue el centró de toda clase de comentarios durante el pesaje, al subirse a la báscula en ropa interior.
Esta actitud generó el desagrado de su contrincante, la británica Shannon Courtenay, y tampoco les gustó muchos a los aficionados al considerar que estaba fuera de lugar.
"Se dice que quieren que el boxeo femenino tenga una audiencia mayor, yo también lo deseo, pero por otra clase de razones. Hay mujeres que lo dieron todo para llegar a donde estamos ahora las boxeadoras y no para que tengamos que hablar de ropa interior. Tengo una hija de 14 años y quiero hablar de mi trabajo, del boxeo, no de lucir el cuerpo”, espetó Courtenay.
Luego de su irrupción en lencería en el pesaje, arriba del cuadrilátero hubo una gran pelea entre la australiana y la británica.
Bridges subió al ring con un favorable historial de cinco victorias en la misma cantidad de apariciones y con el cinturón de la categoría supergallo en su poder.
Pero esa racha se hizo añicos después del duro combate que protagonizaron ambas boxeadoras. Pese a que Courtenay era la favorita en las apuestas, la australiana salió decidida y dominó durante los primeros dos asaltos.
Con el correr de los rings, la británica se fue adueñando del dominio del combate y estuvo cerca de mandar a la lona a su rival en el sexto asalto.
Sin lograr el ansiado nocaut, la pelea se extendió hasta el décimo y último asalto y todo terminó en las tarjetas.
Sobre el final, y antes de anunciar el triunfo de la boxeadora inglesa por decisión unánime (97-94, 98-92 y 98-92) el presentador solicitó palmas para las ambas luchadoras por cómo se habían brindado sobre el cuadrilátero.
“¿Qué puedo decir?”, se preguntaba Bridges luego de consumada la derrota y con el rostro magullado por la superioridad de su rival.