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En Haití 180 personas fueron asesinadas, luego de que un mafioso culpara a los practicantes del vudú por la grave enfermedad de su hijo.
Cuando ya estamos por completar la primera cuarta parte del siglo XXI es posible que mucha gente considere que temas como brujerías, hechizos, vudú o Magia Negra son cosas ya superadas por la cultura y que han quedado en la Historia de la Humanidad. ¡Cuál si fueran etapas superadas! Pero no es así. Hay regiones del mundo donde los habitantes –sino todos, al menos en su mayoría– están convencidos de que alguien puede causar la muerte de otro –o perjudicarlo– a través del uso de rituales y ceremonias esotéricas.
En Haití, por ejemplo, el vudú se sigue practicando y existen quienes van a pedir ayuda a los que lo ejercen buscando perjudicar o ayudar –según sea el caso– a otros. El vudú se practica ampliamente en partes de la sociedad haitiana.
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De África al Caribe
El vudú (del francés criollo voudou, a su vez, del ewé, fon y gun vodu, que puede traducirse como “espíritu”), también llamado vodún, vodón, vodoun, vodú, voudú; es un culto originario de África Occidental donde se sigue practicando por miembros de las etnias ewé, kabye, adja, mina y fon de Togo, Benín, Ghana y Nigeria y que, a partir del siglo XVI fue desarrollándose en la zona del Caribe a partir de la presencia de africanos que fueron llevados como esclavos a la zona.
La creencia en las características y capacidades del vudú ha calado fuertemente en tales culturas debido a que se le atribuye capacidad a los bokor (sacerdote o sacerdotisa) para resucitar a los muertos y hacerlos trabajar en su provecho –convertidos en lo que se conoce como “zombis”– así como de poder provocar la muerte a distancia y a voluntad.
A partir de la certeza social en estas creencias, en la actualidad ocurren asesinatos, pero no por efectos de prácticas vudú sino a causa de quienes buscan evitar que ellos mismos o sus familias sean afectados por el maleficio.
Fin de semana sangriento: 180 asesinatos
Así acaba de acontecer cuando el Gobierno de Haití afirmó que unas 180 personas habían sido asesinadas durante el fin de semana pasado, luego de que un líder de una pandilla culpara a los practicantes del vudú por la grave enfermedad de su hijo.
Tanto es así que un comunicado de la oficina del primer ministro de Haití acusó al líder de la pandilla Micanor “Mikanò” Altès y a sus asociados de ejecutar la masacre ante el temor de que uno de sus hijos, que estaba enfermo, no lograra recuperarse por estar siendo víctima de un ritual vudú, durante el 6 y 7 de diciembre en Cité Soleil, situada en la capital de Haití, Puerto Príncipe.
Micanor ordenó la muerte de residentes ancianos por sospechas de que la brujería había enfermado a su hijo, según difundió la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos de Haití (RNDDH).
“La masacre fue causada por la grave enfermedad de su hijo. Micanor buscó el consejo de un sacerdote vudú quien acusó a los ancianos de la zona de practicar brujería y afectar al niño”, dijo RNDDH.
Citando fuentes de la zona, el Comité para la Paz y el Desarrollo de Haití (CPD) también dijo que el ataque tenía como objetivo “todas las personas mayores y los practicantes de vudú que, en la imaginación (de Micanor), serían capaces de lanzar un hechizo maléfico sobre su hijo”, dejando los cuerpos de las víctimas mutilados en las calles.
Una vez más queda demostrado que lo que en Psicología se conoce como “pensamiento mágico” puede causar daños irrevocables entre las personas al generar acciones irracionales surgidas de la emoción y no del pensamiento racional reflexivo.
De allí que temas como el vudú, la brujería y la hechicería necesariamente deban ser investigados por parapsicólogos y otros estudiosos de las ciencias humanísticas –que cuentan con la imprescindible formación en metodología científica– para poder esclarecer lo que hay de real tanto como de ilusorio en cada caso.
Antonio Las Heras es doctor en Psicología Social y Magister en Psicoanálisis. www.antoniolasheras.com
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