El eclipse lunar total tiñó la Luna de rojo y fue visible en América. Fue el último de su tipo hasta dentro de más de dos décadas.
El eclipse lunar total de la madrugada del viernes dejó imágenes impactantes en el cielo y marcó un evento astronómico que no volverá a repetirse hasta 2048. Durante varias horas, la Luna se tornó de un tono rojizo intenso, en un fenómeno conocido como Luna de Sangre, causado por la refracción de la luz solar en la atmósfera terrestre.
El eclipse fue visible en gran parte de América y alcanzó su punto máximo alrededor de las 3 de la mañana. A medida que la Tierra bloqueó la luz solar directa, la única iluminación que llegó a la Luna fue la filtrada por la atmósfera, dando lugar a su característico color rojo.
Este efecto ocurre cuando la luz solar que ilumina la Luna durante el evento astronómico se filtra a través de la atmósfera de nuestro planeta. Es el mismo fenómeno que da a los amaneceres y atardeceres sus característicos colores.
Todas las fases del eclipse fueron visibles desde Estados Unidos, Canadá y México. También se pudo observar desde la mayor parte de América del Sur, aunque la fase total pudo verse desde Brasil, Argentina y Chile a partir de la medianoche del jueves 13 al viernes 14.
A diferencia de los eclipses solares, los lunares se pueden mirar a simple vista sin ningún problema, por lo que no es necesario contar con equipo especial, aunque unos binoculares o un telescopio podrían mejorar la experiencia. Se recomienda a los aficionados ver el fenómeno desde un lugar alejado de las luces de la ciudad.