El film cuenta la historia de
Jay (
Maika Monroe), una adolescente que pasa la mayor parte del de su tiempo divirtiéndose en su casa con su hermana y sus amigos. Un día, esta joven sale con el chico que le gusta,
Hugh (
Jake Weary). Van al cine y a tomar algo, y, durante toda la cita, el muchacho se comporta de una manera bastante extraña: parece nervioso, mira para atrás todo el tiempo, se muestra enigmático y algo paranoíco. Llega la noche y los noviecitos consuman su amor y atracción juvenil adentro de un auto. Pero cuando todo parecía color de rosa, la noche da un giro inesperado y todo cambia para ella. Desde ese momento, Jay arrastrará una especie de maldición: alguien (o algo) empezará a seguirla lenta pero incansablemente. Y no tiene las mejores intenciones.
Por su sinopsis, la película no parece la gran cosa. Mucho menos innovadora. Pero cuando uno se sienta a verla, la percepción cambia. Es que a pesar de basarse en una premisa muy simple (un monstruo o peligro acecha a víctimas de turno, la misma de tantos "
slashers" como
"Martes 13",
"Pesadilla" o
"Halloween") logra captar al espectador por varios motivos, que hacen a la personalidad y onda general del film. Por un lado, por su ritmo tranquilo, que se contrapone al frenetismo tan típico en el terror de los últimos años. También por su fotografía, cuidada pero no llamativa, que aporta una estética agradable pero que no se sobrepone a la historia y los personajes. Por otro lado, por sus actuaciones y diálogos medidos, realistas, no muy comunes en el género. Y, en definitiva, por presentar varios elementos atípicos en este tipo de películas, por su sutileza, pero también por utilizar bien los elementos que sí son típicos cuando se lo necesita.
A primera impresión, "Te Sigue" parece más una película indie que una de horror, y eso sorprende, atrae y funciona. Pero su gran mérito consiste, justa y principlamente, en la premisa en la que se basa, que no por simple es poco profunda. Su guionista y director,
David Robert Mitchell, contó en algunas entrevistas que cuando era chico soñaba recurrentemente que alguien (que iba variando según el sueño) lo seguía, y que su idea para el film fue transmitir esas imágenes y esas sensaciones de desesperación y horror infantil a la pantalla. Vaya si lo logró.
CALIFICACIÓN: MUY BUENA