De una parte a esta época, Oscar Martínez ha seguido el camino que emprendió Ricardo Darín hace dos décadas atrás y cambió la TV por el cine, consolidándose en este medio con papeles tan disímiles como el padre coimero de Relatos Salvajes (2014), el comisario de Koblic (2016), el escritor uranio de El Ciudadano Ilustre (2016) y el millonario inválido de la remake Inseparables (2016).
Con el prestigio que le dieron esos films, no es raro que Martínez vuele en la actualidad de la Argentina a España para filmar comedias como Yo, mi mujer y mi mujer muerta de Santi Amodeo, que llegó a los cines la misma semana que La Misma Sangre de Miguel Cohan.
En los disímiles de ambas producciones se puede apreciar el gran espectro de Martínez, que en la película de Santi Amodeo se destaca con un papel hecho a su medida: un viudo que, tras recibir varias señales de su difunta esposa –una de ellas de manera terrible- decide cumplir con su última voluntad y llevar sus cenizas a Marbella.
El problema radica en que, al llegar al lugar, descubre que el sitio en el que ella quería “descansar” es un balneario nudista, y ello le lleva a levantar sospechas sobre las vacaciones que ella pasaba en España durante un mes.
De esta manera, y en compañía de un agente inmobiliario (Carlos Areces) y una relacionista pública (Ingrid García Jonsson), el veterano arquitecto buscará más datos sobre una posible segunda vida de su esposa, sin darse cuenta de que ello lo llevará a redescubrir un mundo de emociones que nunca se dio el lujo de sentir.
La película cuenta con varias escenas muy divertidas que se desarrollan en Buenos Aires, Sevilla, Marbella y otras ciudades de la península ibérica y que le roban alguna que otra carcajada al espectador.
Un muy buen detalle a tener en cuenta es que Amodeo, también guionista, se ha adaptado a los tiempos que corren dando vuelta algunos lugares comunes en este tipo de comedias (como el hecho de que el engañado sea el hombre) aunque hay detalles que ha dejado al azar y no terminan de cerrar, como la presencia de García Jonsson que –a pesar de su belleza- se une al dúo casi sin motivos y poco o nada aporta su presencia.
Asimismo, la última media hora de película da vueltas sobre sí misma, como buscando algo que se le cayó y no logra encontrar, y pierde algo de interés, aunque para ese momento, uno ya pagó la entrada y quiere ver cómo termina.
En definitiva, Yo, mi mujer y mi mujer muerta termina siendo una película divertida, no en extremo, pero que sirve para apreciar la extraordinaria capacidad interpretativa de Martínez, al que le aconsejamos que vuelva a dar un vuelco como el comisario de Koblic a riesgo de repetir el papel en su próxima incursión cinematográfica.
Yo, mi mujer y mi mujer muerta (España-Argentina/2019). Dirección: Santi Amodeo. Elenco: Oscar Martínez, Carlos Areces, Ingrid García Jonsson, Malena Solda, Cris Nollet, José Luís Adserías, Germán Baudino y Carolina Bassecourt. Guión: Santi Amodeo y Rafael Cobos. Fotografía: Leonardo Hermo. Música: Enrique de Justo. 97 minutos. SAM 16 años.