De ser un plato resistido, especialmente por los más chicos, las lentejas se convirtieron en una comida con "mejor prensa" gracias a la creatividad de los cocineros que pusieron a disposición recetas exquisitas. Son un alimento muy apreciado por ser una fuente importante de hierro recomendada para personas anémicas, niños y embarazadas. Son muy prácticas, especialmente porque no es necesario remojarlas antes de cocinarlas, se cocinan rápido y se combinan fácilmente.
Existe un refrán español que muchos hemos escuchado de nuestras abuelas: "Hay lentejas, si no las comes, las dejas", que quiere decir algo así como: "es lo que hay, es esto o nada". Era una manera de exigir conformidad ante una comida no muy popular en el público infantil.

Las cosas cambiaron, por suerte. Y las lentejas tienen mucha mejor prensa que en otros tiempos gracias a cocineros muy creativos que han sabido recrear recetas con lentejas de distintas partes del mundo o inventar combinaciones deliciosas con este alimento como base, más allá del tradicional guiso de lentejas, que siempre ha sido una excepción a la regla.

Así es posible encontrar platos de lentejas sofisticados como ensaladas tibias, cremas o patés. Incluso, y aunque parezca imposible, existen postres de la más alta pastelería con lentejas. A saber: lentejas confitadas con jengibre y mousse de chocolate, por mencionar sólo un ejemplo.

Las lentejas estuvieron en la alimentación del hombre desde hace miles de años. Según se sabe, se consumían ya desde antes de Cristo y constituyeron la dieta de los trabajadores egipcios que edificaron las pirámides.

Estas legumbres no han distinguido entre clases sociales: fueron protagonistas de los más suculentos banquetes del Imperio Romano, así como de las mesas más pobres en los tiempos de hambruna.

Siempre fueron consideradas un alimento imprescindible por ser una fuente importante de hierro (aportan 8,20 mg de hierro cada 100 g). Es por eso que se recomiendan especialmente a las personas anémicas, niños y mujeres embarazadas.

También aportan un elemento fundamental para nuestro organismo: la vitamina B9 o ácido fólico, esencial para el embarazo y la lactancia.

Por esas mismas cualidades, las lentejas han quedado más asociadas a sus cuestiones alimenticias (las madres, abuelas, tías e incluso los médicos nos suelen recordar las lentejas cuando estamos bajos de energías, pálidos o más delgados de lo normal) que a una comida disfrutable.

A la hora de hervirlas, es importante tener en cuenta que la justa proporción del líquido de cocción es de 3 a 4 partes por 1 parte de lentejas. Los naturistas recomiendan agregarles un trozo de alga kombu o alguna especia como comino o ajedrea para favorecer su digestión.

El tiempo de cocción dependerá de la variedad. Los lentejones, por ejemplo, no se están listos en veinte minutos. Otras variedades necesitan más tiempo de cocción, algunas hasta una hora.

Se aconseja cocinarlas siempre con la olla destapada (al igual que a las demás legumbres como porotos o garbanzos) y retirando la espuma que se vaya formando en la superficie para neutralizar las impurezas presentes en las legumbres y que son los causantes de la distensión abdominal.

En cuanto a su practicidad, tienen una y que es muy importante y que es cuando nos quedamos sin nada en la heladera o en el freezer y no tenemos tiempo ni ganas de salir a hacer las compras, un paquete de lentejas en la alacena nos salva.

El hecho de no tener que remojarlas antes de cocinarlas es una gran ventaja en este sentido. Se cocinan rápido, se pueden combinar con lo que sea y, además, son muy nutritivas.

Podemos hacer hamburguesas, un guiso con las verduras que tengamos y hasta una sopa improvisada, sin necesidad de sumar una carne a la comida.

La forma más habitual de preparar las lentejas es en guisos o potajes; otra forma muy conocida es hacer lentejas con verduras, para ello se acompañan con trozos de carne, como por ejemplo pollo o algo de pescado.

Para cocer las lentejas debemos usar siempre agua fría, nunca caliente y es muy importante tener en cuenta que cuando las lentejas están casi cocidas, se suelen pegar mucho y podemos cargarnos el guiso, así que no debemos dejarlas demasiado tiempo de más y que sea una cocción suave.

Las lentejas en sí mismas son muy proteicas y lo son aún más si se las combina con cereales, como arroz o pan. Además de que rinden muchísimo y que son muy económicas. ¿Qué más se les puede pedir?


Sopa de lentejas coral con panceta ahumada para los días fríos

Una de las variantes que nos ofrecen las lentejas es la preparación de la sopa de lentejas coral con panceta ahumada.

En esta oportunidad ofrecemos una receta perteneciente a Bonjour! Natural Bar, un espacio gastronómico que inauguró recientemente un bar de sopas para disfrutar esta temporada invernal.

La sopa de lentejas coral es una de las opciones que ofrece este lugar y que se pueden combinar con muffins salados o mini ensaladas. Aquí, su paso a paso para la preparación de un plato exquisito, ideal para el frío.

Ingredientes

Para 8 porciones

750 gramos de lentejas coral (aunque se pueden utilizar también lentejas comunes)

1,5 litro de agua

1 cebolla grande

2 tomates medianos

200 ml de leche descremada

100 ml de crema de leche

2 hojas de laurel

tomillo cantidad necesaria

250 g de panceta 250 gr

aceite de oliva, cantidad necesaria

sal y pimienta, cantidad necesaria

Preparación

Dejar las lentejas en remojo por una hora. Llevarlas a hervir en una olla destapada con 2 hojas de laurel y una pizca de tomillo por 30 minutos aproximadamente.

Las lentejas deben quedar bien blandas. Reservarlas en su agua de cocción.

Por otra parte, saltear la cebolla en aceite de oliva y salpimentar. Luego agregar el tomate y esperar que se dore.

Incorporar las lentejas con el agua. Dejar hervir la preparación por 15 minutos. Agregar la leche y la crema. Mixear o licuar toda la preparación. Rectificar sal y pimienta.

Cortar la panceta en lardons (tiras que intercalan grasa y carne, grasa y carne) y saltear hasta que quede bien dorada en una sartén sin aceite.

Colar la panceta para descartar la grasa. Servir la sopa en platos y colocar la panceta encima.

Se trata, sin dudas, de un plato ideal para consumir en estos días fríos del invierno, ya que son muy nutritivos y estimulantes.


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