Macarena Araujo estudió gastronomía tradicional, la que se enseña en las escuelas de cocina con las técnicas francesas como base. Hasta ese momento, no pensaba en una alimentación alternativa aunque ya sentía curiosidad por el vegetarianismo. Pero su primer trabajo en blanco en la profesión fue en un restaurante vegetariano que marcó el rumbo de su especialización culinaria y de su vida.
Hoy es jefa de cocina de “Espacio Veggie” -Fitz Roy al 1900-, que se presenta como un “espacio consciente” y no sólo como un lugar “plant based” (alimentación verde) ya que además de servir sólo comida de origen vegetal, allí se organizan jornadas de adopción de mascotas, actividades solidarias y talleres de cocina. El restaurante, si bien se basa en la filosofía del consumo de productos libres de explotación animal, se dirige a todos los paladares. “Viene mucha gente que no es vegana pero que se anima a probar nuestra cocina como algo distinto o más sano. Y les gusta tanto, que terminan viniendo seguido”, dice Mariana.
En la carta del lugar, hay hamburguesas veganas, chorizo de soja, sushi, ensaladas, wraps y opciones raw. Los platos, muy sabrosos y creativos, buscan erradicar el prejuicio de que la comida vegana es insípida.
DP-¿Cómo fue que, habiendo estudiado cocina convencional, terminaste especializándote en cocina vegana que es tan distinta?
-Me recibí de cocinera a los 20 años y, cuando empecé a buscar trabajo, no sabía por qué rama inclinarme. En esa búsqueda, me encuentro con un restaurante vegano que ya no está. Como no tenía mucha experiencia, no tenía muchas posibilidades, así que empecé ahí. Y estuvo bueno porque empecé como ayudante de cocina, fui investigando cada vez más en esa cocina, y me empecé a inclinar por el lado de la pastelería. Fue increíble. No me imaginé jamás que iba a hacer cosas tan distintas de las que había aprendido en la escuela. Después, dejé de trabajar en ese lugar y estuve un tiempo alejada de la gastronomía. Hasta que llegó la posibilidad de sumarme a “Estilo veggie”. Me dijeron que estaban buscando gente, lo pensé porque no estaba muy segura, hice una prueba y quedé.
DP-¿Por qué tenías dudas?
-Porque siendo un lugar vegano, tenés que estar comprometida al 100 por ciento, porque es una propuesta distinta, porque está dirigido a un público que está acostumbrado a otra cosa. También porque ser vegano es parte de un estilo de vida. Tenés que estar muy consciente de lo que hacés. Pero el regalo al final es hermoso. No me arrepiento de nada.
DP-¿Sos vegana?
-Sí. Cuando estaba en el primer restaurante, ya era vegetariana, pero me faltaba soltar algunas cosas. Cuando entré a “Estilo veggie” terminé de soltar lo que me faltaba. Ahora soy 100 por ciento vegana.
DP-¿Cuáles son los fuertes de la carta del lugar?
-Tenemos variedad de sándwiches de seitán, tenemos la versión del chori vegano, hay alitas de tofu que son nuggets de soja orgánica saborizados que gustan muchísimo. No hacemos nada frito, es todo al horno. Es una opción para juntarse con amigo a comer, aunque también vienen familias con nenes de 5 años hasta abuelos de 80 y quedan todos impactados con la comida.