Estudiantes de La Plata llora la partida de Alejandro Sabella, uno de los "Maestros" de la histórica escuela "pincharrata" y una persona con un carisma único para transmitir los valores del fútbol.
Pese a no haber surgido en la cantera del club, “Pachorra” comprendió rápidamente los conceptos futbolísticos de la institución y dejó un legado imborrable. Como jugador ganó dos torneos conducido por Carlos Bilardo en el banco y como técnico celebró la Copa Libertadores 2009 y el Torneo Apertura 20210.
Pero, más allá de los títulos obtenidos, Estudiantes fue el lugar en el que Sabella desarrolló su gran visión de juego.
"¡Hasta siempre, Profesor! Usted es la estrella que elegimos y que llevaremos con orgullo en nuestro pecho. Gracias por tantas enseñanzas y por su legado. Descanse en paz, la Familia Pincha lo recordará eternamente", fue el mensaje de despedida que publicó el club en sus redes sociales.
El vínculo nació en 1982 cuando, a los 28 años, Sabella decidió volver a Argentina luego de su paso por Inglaterra para sumarse al equipo de Carlos Salvador Bilardo. Allí, se destacó en un recordado mediocampo que formó junto a Marcelo Trobbiani, José Daniel "Bocha" Ponce y Miguel Ángel Russo.
Aquél equipazo del “Doctor” conquistó el torneo Metropolitano de 1982 y con su partida al seleccionado argentino, la conducción quedó a cargo de Eduardo Manera, quien luego encabezó la conquista del Nacional de 1983.
Sabella, dueño de una zurda prodigiosa, se ganó el cariño de los hinchas de Estudiantes que lo adoptaron como propio a pesar de no haber surgido de la cantera platense.
A principios de 1985, "Pachorra" se fue a Gremio de Porto Alegre tras recibir una importante oferta económica para la época pero su paso por Brasil no fue el mejor, ya que no pudo adaptarse y luego de un año retornó a Estudiantes a préstamo por tres meses.
Su segundo ciclo como jugador no tuvo el éxito del primero pero el destino le tenía preparado un nuevo capítulo de su historia con Estudiantes.
En marzo de 2009 y ante la renuncia de Leonardo Astrada, la dirigencia de Estudiantes encabezada por Rubén Filipas contrató a Sabella como entrenador.
En su presentación, con el equipo en medio de la Copa Libertadores, el flamante DT leyó una carta donde expresó su orgullo por volver al club que lo "recibió como un hijo más".
Rápidamente, Sabella enderezó al equipo que clasificó en la segunda posición del grupo por debajo de Cruzeiro, de Brasil, al que se reencontraría en la final.
Con un equipo liderado por Juan Sebastián Verón y compacto en todas sus líneas, Sabella logró la cuarta Copa Libertadores para Estudiantes y se metió en la historia grande del club.
Mariano Andújar, Leandro Desábato, Rodrigo Braña, Verón, Enzo Pérez y Mauro Boselli fueron las figuras de un equipo histórico que dio la vuelta en el Mineirao de Belo Horizonte en la edición número 50 del máximo torneo continental.
A fin de ese año, Estudiantes quedó a un paso de la gloria cuando estuvo a punto de ganarle al Barcelona de Josep Guardiola y Lionel Messi en la final del Mundial de Clubes en Emiratos Árabes.
Su charla previa al partido fue grabada y difundida tiempo después y quedará por siempre como uno de los mejores planteos tácticos del siglo XXI. "Jueguen con alegría", fue la frase motivadora antes de uno de los partidos más importante por un equipo argentino.
Con buena parte del equipo campeón de la Copa Libertadores, Sabella formó un nuevo equipo que peleó los dos frentes en el primer semestre pero recién pudo alcanzar el objetivo en la segunda parte del año con la obtención del Apertura 2010.
Luego de casi cien partidos dirigidos, dos títulos inolvidables y casi dos años al frente del equipo, Sabella renunció a su cargo de entrenador en febrero de 2011 por diferencias con la directiva.