"En el fútbol como primeros del mundo, manifestación que pone de relieve que no solo somos buenos deportistas, habilidosos e inteligentes sino que también tenemos hidalguía y comportamiento ejemplar". Esas fueron las palabras elegidas hace 35 años por el entonces presidente de la Nación, Raúl Alfonsín para iniciar la charla desde Buenos Aires -y vía satélite- con el flamante entrenador campeón del mundo, Carlos Bilardo que lo escuchaba desde México.
"Lo felicito, sé que... Usted sabe como son las reglas del juego. Hay buenas y malas, ha pasado de todo, pero los resultados han sido insuperables", completó Alfonsín a modo de disculpas.
Del otro lado, a través de los auriculares, el técnico sonreía respetuosamente. Sabía que su interlocutor había querido despojarlo de su cargo , que en la previa del torneo había presionado (al secretario de Deportes, Rodolfo O'Reilly) para prescindir de sus servicios temiendo un papelón. Pero eso ya era cosa del pasado.
"Estamos contentísimos, agredecemos sus felicitaciones y las haré extensivas a todo el plantel. Argentina se ha destacado no solo en la parte deportiva, sino también en la parte de la humildad, la conciencia. Ha mostrado querer defender la bandera argentina, todos los jugadores se han brindado por ello y hemos dado una gran imagen a todo el mundo. Todos reconocían cómo se comportó este equipo en la cancha. A todo el fútbol argentino muchas gracias. Yo, no soy un hombre que busca revancha. Quédese muy tranquilo. Tratamos de inculcar siempre que no existe la revancha. Hay que mirar siempre para adelante para que nuestro país siga adelante", dijo Bilardo.
El término "revancha" apareció varias veces más a lo largo de la conversación en tono amistosa. Hablaron de valores, de unión nacional, del trabajo del plantel (con un promedio de edad muy bajo) y, en ese punto, Bilardo comparó al plantel con losque confiar en los jóvenes argentinos porque solía acompañar las peregrinaciones a Luján y ver su compromiso. Y hasta destacó el comportamiento ejemplar de Diego Maradona, que a pesar de ser el número uno del mundo, jamás pidió un privilegio.
Una charla histórica que quedó registrada por la televisación de Argentina Televisora Color, que transmistió el Mundial de México 1986 y que gracias al archivo digital puede ser revivida 35 años después.