El adiós de Leandro Romagnoli al fútbol y la aceptación para pasar a ser el nuevo manager de San Lorenzo, causó una ola de reconocimientos muy grande. De esa manera, el Pipi recibió a través de las distintas redes sociales un gran número de saludos. Lo que, sin dudas, habla muy bien de él y del legado que dejó en el CASLA como futbolista y persona.
Uno de los primeros en demostrarle su admiración fue Matías Lammens. “Es un orgullo haber compartido tantos años con vos y una alegría enorme que hayas aceptado que sigamos trabajando juntos. Bienvenido al puesto de manager. El de ídolo lo tenés para siempre”, escribió el presidente azulgrana en Twitter.
Mediante su cuenta oficial de Instagram, quien también le mandó un mensaje fue Nicolás Blandi: “Lo más importante es saber que más allá de tu decisión, vas a seguir estando con nosotros, en tu casa, donde sos feliz y sobre todo, San Lorenzo entero es feliz de tenerte. Lo mejor en esta nueva etapa de tu vida y tu carrera. Gracias por tanto”.
A su vez, el Patón Bauza, quien lo dirigió en el equipo campeón de la Copa Libertadores 2014, declaró públicamente que “se retiró un grande de verdad. Lo que dejó Pipi en San Lorenzo es demasiado. Pronto nos vamos a juntarnos para darnos un abrazo”
Néstor Gorosito, otro de los principales ídolos cuervos, tampoco perdió la oportunidad de desearle que “seas feliz en tu nueva etapa como fuiste de jugador, un fuerte abrazo”. Andrés D’Alessandro, José Chatruc, Walter Erviti, Santiago Gentiletti y Walter Kannemann, entre la larga lista de ex compañeros suyos, también le dedicaron palabras de admiración.
Leandro Romagnoli, el último enganche, fue jugador profesional durante veinte años, en los cuales entre gambeta y gambeta dio once vueltas olímpicas: seis con San Lorenzo, cuatro con el Sporting Lisboa y una con el seleccionado Sub-20 en 2001, cuando se consagró campeón del mundo.
El fútbol, sin dudas, va a extrañar al Pipi como ya lo están haciendo los sanlorencistas, quienes tendrán que acostumbrarse a ir a la cancha sabiendo que ya no podrán verlo correr con la pelota al pie, como a él le gustaba.
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