La Media Maratón de Buenos Aires fue concurrida no solo por ciudadanos argentinos, sino que asistieron personas de distintos países para conquistar el título. Así fue como la chilena Manuela Bugueño Ipinza participó del evento pero sufrió una muerte súbita: “estuve 22 minutos muerta”, contó la joven desde el Hospital Alemán.
La corredora de tan solo 30 años cruzó la meta de la Media Maratón de Buenos Aires 2022 en el puesto 118, con un crono de 01:27:38, a 22:38 minutos de Irine Jepchumba Kimais, la keniana que ganó. Luego de ese momento se desvaneció y tuvo que ser salvada por los médicos.
“El domingo, la corredora chilena Manuela Bugueño, de 30 años, se desvaneció al cruzar la meta en un tiempo de 1h28m. Fue rápidamente atendida por el equipo médico de la organización y se le realizaron las tareas de reanimación”, informó la Asociación Ñandú, organizadora de la competencia.
Y se agregó: "En coordinación con el Centro de Monitoreo Urbano del gobierno porteño se agilizó el traslado de una ambulancia hacia el Hospital Fernández, donde se completó su atención, mientras se mantuvo en contacto directo a su familia”.
Bugueño Ipinza habló estando internada y se mostró aún shockeada: “estoy bien, procesando todo. Viva y muy agradecida”. La atleta chilena pudo saber lo que le ocurrió y el accionar de los médicos gracias al ser médica, por lo que recalcó el rápido accionar de los servicios médicos que la asistieron. “Yo primero tuve una taquicardia ventricular, en la que se puede usar el DEA porque es desfibrilable. Pero luego tuve actividad eléctrica sin pulso. Eso no se puede desfibrilar, entonces me pasaron adrenalina y otra medicación. Con eso me sacaron del paro”.
La atleta tiene algunos recuerdos del momento en el que sufrió una muerte súbita una vez que cruzó la meta de la Media Maratón de Buenos Aires. “Crucé la meta, me desvanecí, me entendieron al tiro. Eso fue lo que en verdad me salvó la vida, porque si no hubiera estado todo el equipo de emergencia, que estaban encargado de esto, yo no estaría contando esto”.
Ipinza remarcó el buen accionar de los médicos: “fue todo muy rápido, un muy buen equipo, me hicieron muy buenas compresiones, muy buen trabajo. Fueron 22 minutos de masaje cardíaco y de desfibrilación. O sea, como que en el fondo estuve 22 minutos muerta y después me trasladaron muy rápido al hospital. Lo último que me acuerdo es que me desvanecí y luego me desperté en la sala de emergencias del hospital”.
Consciente de cada acción de los médicos porque ella también lo es, Manuela Bugueño Ipinza, de 30 años, destacó: “soy muy afortunada porque había médico cardiólogo y todo un equipo. Gracias al buen manejo, me sacaron del paro. No cualquiera tiene esa suerte. Se portaron muy bien en el Hospital Fernández allá y también acá (en el Hospital Almán). De verdad, estoy impactada y agradecida. Yo que soy del área de la salud, sé que no en todos lados es así y estoy realmente muy muy agradecida porque les debo más que la vida”.
Con información de La Nación