El sueño y esfuerzo de las pibas durante cuatro años, tirado a la basura de forma abrupta por la desidia y negligencia. Las Gigantes iban a enfrentar a Colombia por los Juegos Panamericanos en el Coliseo Eduardo Dibós pero un error con las camisetas del conjunto nacional hizo que el encuentro no se jugara y que, aún peor, a raíz de la perdida de los puntos, las chicas queden eliminadas del torneo, donde eran unas de las principales candidatas.
Para el partido, que estaba pactado para las 15:30 horas, el plantel nacional se presentó en el estadio con la ropa alternativa, de color azul oscuro, cuando debían hacerlo con la tradicional celeste y blanca. Es por eso que Colombia reclamó ante los árbitros amparándose en el reglamento. Recién cerca de las 16:15, las respectivas casacas lograron llegar al estadio; sin embargo, el conjunto cafetero no accedió a disputar el encuentro y la organización le terminó dando la razón.
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El jueves, Las Gigantes cerrarán su presentación en la primera fase ante las Islas Vírgenes pero, sin dudas, será un encuentro donde primará la bronca y desazón por saber que, por un horror logístico y administrativo, no podrán pelear por estar en el podio en esta edición de los juegos.
A raíz de este papelón histórico, se anunció que dos dirigentes renunciaron a la CAAB: Hernán Amaya, el jefe de equipo, y Karina Rodríguez, Directora de Desarrollo del Básquet Femenino.