Se trata de un documento de más de 30 páginas que se nutren de artículos para constituir -en caso de ser aprobada- la ley de sociedades anónimas deportivas (SAD) que cambiará el mapa del fútbol argentino, que en el estatuto vigente no las tiene como alternativa a las sociedades civiles. Si el proyecto se aprueba cambiarán las reglas y una empresa podrá hacerse cargo del fútbol profesional de un club.
Los puntos más salientes indican que las empresas deberán diferenciarse como marca del nombre de los clubes en que explotan su fútbol profesional con la aclaración de se trata de una SAD y que no podrán participar en una misma disciplina deportiva con dos equipos.
La irrupción de las SAD deberá ser además reglamentada, pero en el proyecto de ley se establecen puntos de partida para diferenciar el funcionamiento híbrido de una institución que cuenta con asociados, actividades amateur, profesionales y una empresa que explota la más redituable de sus actividades: el fútbol. POPULAR accedió a un borrador del proyecto que el diputado oficialista, Nicolás Massot, redactó hace casi dos años y dejará en mesa de entradas el próximo mes.
En uno de sus artículos se establece una diferencia respecto a las sociedades anónimas que funcionaron a principios del 2000: no podrán tener la misma denominación que el club en el que desembarcan -aunque debe establecer su domicilio social en la misma jurisdicción- y la aclaración que se trata de una SAD. Es decir, con estas reglas, el Racing de Blanquiceleste S.A. debería haberse denominado “Racing Club SAD”.
Otro artículo deja a las SAD libre de inversiones en ámbitos que no son el del fútbol profesional: no están obligadas a sostener inferiores o infraestructura. Sin embargo, en uno de sus pasajes postula que “las sociedades anónimas deportivas fomentan y apoyan al deporte en general”.
En otro pasaje, el proyecto establece la continuidad de las asociaciones o entidades civiles como tales, para todas aquellas actividades que no se constituyan como sociedades anónimas. Es decir, si un club se desprende de la actividad profesional de fútbol pierde su injerencia en esa área, pero no en el resto. A la inversa, para la empresa que se hace cargo de la actividad “otorgará derechos o preferencias especiales a favor de los socios (de los clubes) para asistir a los eventos”. Es decir, la masa societaria, deberá tener beneficios para ir a la cancha.
De momento, los clubes son de los socios aunque exista un proyecto que les recorte potestad y les otorgue beneficios para ir a la cancha.
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