El paso de San Lorenzo por la Superliga 2017/18, dejó algunos aspectos para subrayar y mirando hacia adelante, otros a tener en cuenta para mejorar y no volver a repetir. Si bien el Ciclón arrancó la temporada con la ilusión de pelear el título, con el correr de las fechas se bajó de la lucha y finalizó en un honroso tercer puesto, que le permitió lograr la clasificación a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2019.
Entre ambas puntas del torneo, pasaron varias cosas que marcaron la campaña del Ciclón, que arrancó dirigido por Diego Aguirre y que desde la cuarta fecha tomó a su cargo Claudio Biaggio. Sustentado en las buenas estadísticas, San Lorenzo terminó la temporada ocupando el podio y con eso, obtener el máximo objetivo que fue recuperar su lugar en el principal certamen de clubes de la CONMEBOL del año próximo.
En el balance de la campaña de San Lorenzo, uno de los aspectos principales que más se destaca es la contradicción entre una defensa sólida y una delantera de escaso poder de gol. Durante las 27 fechas de la Superliga, el Ciclón recibió apenas 20 goles. Pero esa seguridad defensiva no tuvo un correlato similar en ofensiva, ya que solamente convirtió 31 tantos. Siendo Nicolás Blandi el máximo goleador con nueve gritos.
Otro de los puntos altos fue la promoción de juveniles (entre ellos los que más descollaron fueron Marcos Senesi, Nicolás Reniero, Nahuel Barrios y Gabriel Rojas) y la consolidación del paraguayo Robert Piris da Motta como volante central.
Mientras que en el debe quedó el bajo nivel de juego como principal asignatura que le quedó pendiente a San Lorenzo.
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