Pertenezca al ámbito laboral al que pertenezca, la estructura de una empresa es fundamental para su correcto funcionamiento. Desempeña un rol preponderante, de hecho.
Saber para qué sirven los organigramas de una empresa, pues, es clave. Las compañías de estructura flexible y clara resultan eficientes y altamente competitivas y suelen tener éxito en sus mercados. Y el organigrama empresarial no es otra cosa que la forma en que esa estructura se expresa. Para desarrollar de buena manera esta herramienta imprescindible, bueno es contar con un buen programa para hacer mapas conceptuales.
Se trata de un esquema de carácter gráfico. Es representativo de la estructura interna de una compañía u organización y debe reflejar sus relaciones de jerarquía y cada una de sus competencias.
Un buen golpe de ojo, si el organigrama de una empresa es bueno, debería bastar para comprender las estructuras de las áreas y cómo se organiza dicha empresa.
En esta instancia, bien vale explorar cuatro utilidades:
1. Hallar errores estructurales de la empresa. En este caso, se trata de mejorar cómo se utilizan los recursos humanos. Esto es, porque ayuda a detectar roles duplicados, tareas mal asignadas, funciones que son poco tenidas en cuenta y son importantes o distintas cuestiones que perjudican la productividad.
2. Una mejor distribución de la autoridad. Los organigramas de una empresa, además, ayudan a la detección de conflictos relacionados con la comunicación en la esfera de mando. Por caso, problemas de falta de equilibrio en el control o la ausencia de claridad en determinado tipo de autoridad.
3. Mantener actualizado el sistema de personal. Esto es casi un extra, pero no menos importante. Actualizar el sistema de personal hace más fácil el flujo de la información. Conlleva, claro, que mejore la eficiencia de la empresa. Es piedra basal a la hora de llevar a cabo estudios de descripción y/o análisis de cargos o planificar cómo administrar los salarios. También, algo más general, cuando se trata de la proyección, el control y la implementación de los distintos sistemas de personal
4. La comunicación de la misma estructura interna de la empresa. Aquí se trata netamente de lo comunicativo. Y esta funcionalidad no es menor, puesto que señala a los empleados qué lugar exacto ocupa en la empresa. Esta información aporta certeza y esta certidumbre permite que las correctas interrelaciones entre quienes ocupan los diferentes puestos de trabajo, lo mismo que las posibilidades de escalar en la jerarquía de mando.
Una estructura representable de modos diversos, más allá del gráfico; también, acorde al flujo y el tipo de información que se refleja. Eso es el organigrama empresarial y aquí es que radica la importancia de saber bien para qué sirven los organigramas de una empresa.
Profundizar sobre los organigramas de una empresa ayuda en los procesos de liderazgo. Y, claro, con todos los beneficios que la compañía en cuestión, a partir de ello, goza.
Según el objetivo, los organigramas pueden ser informativos o analíticos. Los primeros son los que contemplan las partes primordiales de la estructura de una compañía. Eso sí, se dirigen a personas ajenas a la empresa.
Los analíticos, en cambio, contemplan factores propios del comportamiento y las actividades empresariales. Tal es así que apuntan a profesionales inmersos en el mundo organizativo.
Al momento de desarrollar los organigramas de una empresa, lo ideal es valerse de las mejores herramientas posibles. En este sentido, la ayuda que puede representar la confección de mapas conceptuales vale mucho la pena.
¿Por qué? Porque crear mapas conceptuales es una forma rápida y sencilla para que los equipos generen nuevas ideas y las estructuren para innovar más rápido. Son buenos porque esquematizan la información y enfatizan la estructura de conceptos de la disciplina que sea.