Todo el tiempo estamos tomando decisiones acerca de los más variados asuntos, desde cómo vestirnos cuando comienza el día, qué camino tomar para ir a trabajar hasta decidir convivir con otra persona, casarnos o tener hijos. Y, por supuesto, muchas de estas decisiones involucran cuestiones económicas. La neurociencia también las estudia.
Se llama “juego del ultimátum” a un juego en el que los participantes reciben y distribuyen dinero. Este juego fue utilizado por neurocientíficos para investigar por qué, muchas veces, solemos no tomar la decisión considerada más conveniente según los planteos de la economía. ¿En qué consiste? Un jugador hace una oferta de cómo se podría repartir el dinero entre los dos que participan. El otro jugador puede aceptar o rechazar la oferta. Si la acepta, el dinero es dividido como se propuso, pero, si es rechazada, ningunos de los dos jugadores recibe nada. Por ejemplo: la persona A recibe 10 pesos y tiene que ofrecer a la persona B una suma entre 0 y 10 pesos. La teoría económica (como por ejemplo, la del matemático John Nash, ganador del premio Nobel de economía y representado en la película Una mente brillante) sostiene que el jugador A consigue más dinero quedándose con nueve y dando 1 al jugador B. Además sugiere que si al jugador B se le ofrece 1 peso debe aceptarlo ya que es mejor tener 1 peso que nada. Pero esto no es lo que solemos hacer los seres humanos en la realidad. En estudios neuropsicológicos se observó que la mayoría de las personas en la posición A ofrece casi siempre la mitad (alrededor de 4-5 pesos). También se observó que la mayoría de las personas en la posición B rechaza una oferta menor de 3 pesos porque se sienten insultados, ya que la consideran injusta.
Resulta más interesante aún observar que esto no pasa cuando juegan con una computadora: aceptan cualquier cantidad que esta les ofrezca ya que no se sienten despreciados por una máquina. Frente a estos resultados, se estudió qué pasa en el cerebro cuando se realiza el “Juego del ultimátum” a través de la resonancia magnética funcional. La pregunta era: ¿por qué la elección de los jugadores contradice la teoría económica?
Este estudio permitió observar la activación cerebral mientras los sujetos respondían a propuestas justas (por ejemplo, 5 pesos sobre 5 pesos) o injustas (por ejemplo, 9 pesos sobre 1 peso). Mientras que las áreas cognitivas se activaban en ambos tipos de ofertas, la región asociada con emociones negativas, el disgusto, se activaba significativamente ante el rechazo de las propuestas injustas, lo que sugería un rol importante de la emoción en la toma de decisiones.