El puntapié de Independiente en la nueva temporada, quedó enmarcada entre paréntesis. Y es que si bien el partido de verano frente a Gimnasia, en el que perdió la Copa que se puso en juego en la definición por penales tras un opaco empate, apenas significó el arriba el telón para un nuevo capítulo deportivo.
Le permitió a Ariel Holan, después de las turbulencias que precedieron su continuidad en el cargo, poner en marcha un ciclo nuevo, estrenar preparador físico y, en ese mismo foco, comenzar a acostumbrase a manejarse sin su mano derecha (o a educarla nuevamente).
También pudo ver en acción a dos de los refuerzos que llegaron recientemente: el lateral derecho Emanuel Brítez y al delantero Braian Romero. Además, puso de titular al pibe Sergio Barreto y le dio algunos minutos al enganche de 25 años Cristian Ortiz (quien no tiene asegurada su continuidad en el plantel y, justamente, falló el penal clave) y también al juvenil Milton Molina.
Tendrá además, en cinco días, la prueba más seria de la pretemporada, cuando enfrente, con la base titular a Racing, en el primer clásico de Avellaneda del año. Pero claro, más allá de la trascendencia que puede tener ese juego, el análisis seguirá entre paréntesis. Y es que, además del carácter de preparatorio que tiene este tramo del año, hace exactamente doce meses, cuando Holan asumió su cargo, los partidos de verano (incluidos los clásicos con Racing) fueron las peores experiencias de un equipo que luego, en la competencia oficial, terminó como un gran protagonista.
Pero en su hoja de ruta, el entrenador tiene una gran cantidad de anotaciones, algunas, resaltadas con marcador rojo, como el hecho del escaso tiempo de preparación frente a tan exigente competencia.
El primer mojón del Rojo se ubica a apenas nueve días: el miércoles 24, en Avellaneda, deberá ponerse al día con el fixture de la Superliga: recibirá en Avellaneda a Rosario Central con una motivación especial, si gana ese partido se acomodará tercero en la tabla, a seis puntos de Boca y a tres de San Lorenzo (rivales con los que aún no jugó).
Por eso Holan quiere acelerar los tiempos para completar su plantel. Además de Romero y Brítez ya cuenta también con Nicolás Figal, quien recientemente cumplió con la suspensión de ocho meses que le aplicó la CONMEBOL. De hecho, Figal iba a ser titular ante Gimnasia, pero una entorsis de tobillo postergó su regreso al equipo.
Desde Avellaneda le aseguraron al entrenador que se cerró la llegada del mediocampista ecuatoriano Fernando Gaibor y, además, le prometieron hacer un esfuerzo grande para contratar a Fernando Belluschi. Holan entiende que se viene un año muy exigente, ‘nos tocó un grupo dificilísimo en la Copa Libertadores’, además de los partidos de febrero frente a Gremio, por la Supercopa Sudamericana.
El reloj avanza implacable. Salvo que se confirme la oferta millonaria por Martín Benítez, el plantel ya tiene asegurada su base sin dos piezas clave: Tagliafico (entre Silva y Sánchez Miño estará su reemplazante) y Barco (función más difícil de suplir). El nuevo capítulo está en marcha, por ahora entre paréntesis y con puntos suspensivos.