El presidente Mauricio Macri encabezó el acto de inauguración del Metrobus de La Matanza, uno de los de mayor extensión desde la creación de ese sistema de transporte, y remarcó que la obra ‘le cambiará la vida a cientos de miles de personas todos los días’.
El acto por la puesta en marcha del corredor estuvo inmerso en un ambiente de indisimulable tensión. Es que el gobierno nacional puso pie en un distrito históricamente peronista con una obra con sello PRO. Si hasta la intendenta Verónica Magario dijo que veía ‘mucho color amarillo’ en los paradores de las estaciones del sistema de carriles exclusivos.
El flamante Metrobus, de 16 kilómetros de recorrido, beneficiará a más de 240 mil usuarios diarios de colectivos, quienes podrán recortar la duración de sus tiempos de viaje unos 15 minutos y realizar el trayecto en forma más segura y cómoda. Se estima que, además, el mejor ordenamiento del tránsito contribuirá a reducir el tiempo de traslados de las personas que circulen en vehículos particulares.
En el gobierno resaltan que el proyecto modificó el entorno urbano: antes los usuarios esperaban los micros en paradas a un costado de la ruta, a la intemperie, y ahora lo harán en modernas estaciones techadas, con luces LED y con sendas peatonales. Y, enfatizan, el proyecto se llevó a cabo con fondos del Tesoro y créditos del Banco Mundial y se terminó en tiempo y forma.
Ayer continuaron los cruces entre la intendenta Magario -que le entregó una carta al presidente con ‘varios pedidos’- y el ministro Guillermo Dietrich por el diseño del Metrobus: mientras la jefa comunal reclamó que se ponga en marcha la segunda etapa para que ‘llegue hasta la General Paz’, el titular de Transporte sostuvo que no estaba contemplado en el proyecto original y hay impedimentos técnicos, como la masiva expropiación de viviendas que demandaría la iniciativa.
No obstante, el debate técnico esconde la disputa política en marcha en un año electoral. Para el oficialismo esta emblemática obra ayudará a visibilizar la gestión de Cambiemos en el distrito más populoso del Conurbano y el peronismo local, en tanto, aprovechó la ocasión para disparar críticas hacia el macrismo.
Con todo, Macri dio ayer un breve discurso bajo el techo de la estación Int. Federico Russo -más tarde se le escuchó una chicana a la intendenta por el desconocimiento que tenía el primer mandatario del nombre de aquel jefe comunal de los años 80-, acompañado por la gobernadora María Eugenia Vidal, funcionarios nacionales, y Héctor ‘Toti’ Flores, dirigente social matancero cercano a ‘Lilita’ Carrió.
‘Como tantas veces decimos con la gobernadora, si dejamos de lado las diferencias políticas y nos ponemos a trabajar para la gente, si ponemos la energía en construir y no en confrontar, se logran este tipo de cosas’, subrayó.
En este marco, el jefe de estado indicó que la obra demuestra ‘que se puede pasar de una Argentina del atajo a una Argentina del trabajo’ para que el Estado ‘esté al servicio de la gente’. Y, con la blonda dirigente kirchnerista a su lado, sostuvo que el Metrobus de La Matanza simboliza, además, que ‘las obras vuelven a ser sinónimo de futuro, de alegría, de esperanza, nunca más de corrupción’.
En otro tramo de la presentación, Macri enfatizó que ‘por eso cuando hablamos de unir a los argentinos es también hacerlo físicamente. Tendremos más Metrobus y miles de kilómetros de rutas, puentes, aeropuertos, puertos, porque si nos podemos comunicar vamos a poder crecer más rápido’.
El plan de obras continuará con la inauguración de un Centro de Transbordo Integral a la altura de la ruta 21, donde arribarán las diferentes líneas de colectivos y combis y habrá una interconexión con la estación Independencia del ferrocarril Belgrano Sur.
Al que se veía de buen humor fue al titular de la UTA, Roberto Fernández. Hubo choferes y vecinos que se tomaron ‘selfies’ con el presidente -sólo recibió algunos insultos de manifestantes cuando viajó unas cuadras en un colectivo para probar el corredor-, con la gobernadora Vidal, Dietrich y Magario.
También la juventud del PRO de la provincia aprovechó para vitorear a los funcionarios y tomarse fotos exclusivas. En este contexto, se registraron algunos cruces verbales menores entre los jóvenes seguidores del PRO y del FpV.
Del otro lado del vallado del virtual escenario en el que habló Macri, estaba Fernando Espinoza, jefe político del distrito, y otros ex funcionarios kirchneristas, como Débora Giorgi, que integran el gabinete matancero.
El ex intendente, sorprendido por la llegada de los agentes de tránsito porteños con sus chalecos verdes flúo, dijo a este diario que ‘para los vecinos es un logro por el que veníamos trabajando hace casi 3 años cuando hicimos las tratativas con el BID. Pero junto a nuestra intendente Magario le pedimos al presidente Macri que el Metrobus se haga en su totalidad para que llegue hasta Capital. Necesitamos que se continúe la segunda etapa pero ni siquiera se ha llamado a licitación’
Dietrich, por su parte, intentó mostrarse conciliador al recordar que bien temprano había regalado a Magario una tarjeta SUBE personalizada, por lo que la intendenta se acercó para mostrarla y aprovechó la ocasión para quitarle el micrófono y, tras los agradecimientos formales, dar rienda suelta a los cuestionamientos que van desde la ampliación del Metrobus hasta la terminación de los hospitales de su distrito. En verdad, se trata de los mismos que Cristina Kirchner había ‘inaugurado’ un par de veces mientras ejercía la primera magistratura.