En septiembre de 2007, su equipo,
Cruzeiro, y Atlético Mineiro protagonizaban otra edición del tradicional clásico del estado de Minas Gerais. Los azules ganaban 4 a 3 y Kerlon decidió que era el momento indicado para cancherear y hacer la jugada que lo había hecho famoso un tiempo atrás: la
foquinha.
La
foquinha consiste en levantar la pelota y moverse al mismo tiempo que el jugador controla el balón con su cabeza. Toda una provocación. Ya lo dijo Susana Giménez: “el que cancherea tiene que (morir) comerse una buena patada o trompada”.
La
foquinha en acción. Kerlon cobró para el campeonato.
Y eso hizo el pibe. Una, dos, tres veces. Hasta que chocó, o mejor dicho, hasta que el defensor Coelho lo fue a buscar y le puso un codazo mítico que quedó grabado en la retina de todos los que estaban en el estadio Mineirão esa tarde. Y también en los millones y millones que vieron después esas imágenes por televisión en todo el mundo. Lo que siguió fue una sucesión de hechos bochornosos, una tángana o lo que en Brasil se conoce popularmente como
hit & run: meter un golpe (preferentemente desde atrás) y salir corriendo para cualquier lado cual Pablo Migliore en Ruta 2.
Para esa altura, Kerlon ya llevaba un buen rato tratando de afianzarse en la primera de Cruzeiro y sufriendo las lesiones. La primera fue en agosto de 2005, pocos meses después de ser figura en el Sudamericano Sub 17, en el que fue campeón con Brasil, goleador y lo eligieron la figura del campeonato. Aquella rotura del tobillo izquierdo lo mantuvo alejado de las canchas por siete meses. Volvió en marzo de 2006 y cuando parecía que pegaba una racha de continuidad, chau.
En marzo de 2007 se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha. Volvió en septiembre y en enero de 2008, ante Cerro Porteño por la Libertadores, se destrozó la rodilla izquierda. Tras 44 partidos, apenas un gol, ya no volvería a vestir la camiseta azul de Cruzeiro.
Viajó a Italia para recuperarse y a mediados de año se sumó al
Chievo Verona. Jugó poco: apenas cuatro partidos. De todos modos, a mediados de 2009 lo contrató el
Inter de Milan, que lo cedió al
Ajax holandés. Pero de nuevo la desgracia. Se volvió a romper y no pudo ni debutar en el conjunto de Amsterdam. Un año más tarde se reintegró al Inter, pero tampoco estaba en condiciones. En 2011 regresó a Brasil para sumarse al
Paraná Clube. En junio, con apenas 4 partidos en el lomo (ninguno completo) pidió la rescisión del contrato.
Para empezar de nuevo, a mediados del año pasado apareció en
Nacional de Nova Serrana, que juega en la Serie D de Brasil. ¡Diez meses! tuvo que esperar para ponerse bien físicamente y debutar en la última fecha del campeonato mineiro de este año ante Vila Nova. Hoy dice que ya no cancherea para evitar que lo rompan otra vez. Ya ni hace falta que le peguen, se rompe solo.
En resumen: en 7 años de carrera, Kerlon pasó por 6 equipos y tuvo la misma cantidad de operaciones: dos en el tobillo izquierdo, una en la rodilla derecha y tres en la rodilla izquierda.
Como para que Cristian Bardaro se muera de envidia.