Diego DaboveEterno arquero suplente que vivió bajo la sombra de Carlos Roa en Lanús, club al que llegó en 1985 y del que se marchó diez años más tarde sin haber debutado oficialmente (varias veces fue suplente de
Lechuga en Primera), pero con más de 100 partidos de Reserva en el lomo.
Lejos del
Granate, continuó su carrera pululando por clubes del ascenso de manera descendente. Pasó por Sportivo Dock Sud (1996), Argentino de Quilmes (1997), Ferro de General Pico (1998), Cañuelas (1998/1999) y colgó los guantes en Deportivo Riestra (2000/2001). Antes, a comienzos de los noventas, había sido preseleccionado para la Sub 19 que dirigía Reinaldo Carlos Merlo.
Una vez retirado, comenzó a ganarse la vida como entrenador de arqueros y trabajó con técnicos de la talla de Miguel Brindisi (Lanús y Boca Juniors), el Turco Antonio Mohamed (Huracán) y Néstor Gorosito (Lanús, Rosario Central, Argentinos Juniors, River Plate).
Actualmente labura en el cuerpo técnico de Independiente.
Lucas VivasOtro postergado arquero de Lanús que, ante las pocas posibilidades de ser titular, tuvo que encontrar su lugar fuera del reducto de juego.
Actuando en las inferiores del
Granate tuvo la fortuna de integrar las selecciones juveniles de Pekerman en el Mundial sub 17 de Egipto, en 1997. Fue suplente de Franco Costanzo, claro.
Algunos años más tarde pasó a Platense, donde también comió banco a morir. Y en 2006, cuando nos preguntábamos qué era de su vida, un supuesto Lucas Vivas
apareció en los comentarios del blog y se convirtió casi en un mito viviente de En Una Baldosa.
Hoy es el preparador físico alterno (sí, alterno) del Racing de Zubeldía, luego de haber pasado por San Lorenzo, Lanús y Barcelona de Ecuador.
Jeremías GallegoHijo de Américo Rubén Gallego, intentó imitarlo al comenzar su carrera por el fútbol como volante central en Platense, con 17 años. Sin embargo, rápidamente pasó a Chacarita Juniors, ya con el 1 en la espalda. O mejor dicho, con el 12.
Priorizando el puesto de arquero, se probó en Banfield y más tarde recaló en River. Fue el propio
Tolo que en el 2001 lo subió a entrenar con la Primera. En su estreno con los profesionales, recibió 7 goles, por lo que su partida fue una cuestión de tiempo.
Continuó sin suerte en Excursionistas y Central Córdoba (2001/2002), donde finalmente quedó. Sin embargo, su carta de presentación no fue la mejor. Se comió 6 en su primer partido.
Pasó por Almagro (2002/2003), aunque sin jugar, y repitió la costumbre en Armenio y Ferro, ambos en 2004. Al año siguiente fichó para Los Angeles Galaxy de Estados Unidos y en 2006 se sumó al Atlético Mexiquense, la filial del Toluca donde trabajaba el <em>Tolo</em>.
Un par de años más tarde firmó para Fénix de Montevideo y en 2009 regresó al país para atajar, o intentarlo, en Acassuso, club que abandonó en 2011 para trabajar como entrenador de arqueros del Colo Colo, junto a su papá.
Hoy integra el cuerpo técnico de Independiente de Avellaneda.
Emiliano DíazEl nene mimado de Ramón. Nació en Nápoles en 1983 e hizo inferiores en el exterior, pasando por el Mónaco, Yokohama Marinos de Japón y Avellino de Italia.
Una vez grandecito (?), su padre lo hizo debutar como volante en la Primera de River Plate, nada más y nada menos que el día que festejaban la obtención del Clausura 2002 en un partido ante Central, en Rosario.
Tras pasar sin éxito por Talleres de Córdoba, Deportivo Colonia de Uruguay, Oxford United de Inglaterra, Defensores de Belgrano, Defensa y Justicia y Platense, su padre lo llevó nuevamente a Primera para que vistiera la camiseta de San Lorenzo en la temporada 2007/2008. No se incorporó sólo, claro, también estaba su hermano
Michael. Sus últimas señales de vida como jugador las dio en All Boys.
Durante 2011 dio la nota en su función de asistente informático de Independiente, bajo el mando de su viejo, obvio. Como si fuera poco, se instaló en Twitter como ícono tecnológico al punto de ser TT con el hashtag #Emiliano.
Después de haber sido acusado de quedarse con dos computadoras de Independiente, hoy es colaborador de su padre en River Plate.
Mariano ArmentanoUn caso especial. Como futbolista se destacó por su figura espigada y el escaso poder de gol que demostró en Argentina. Arrancó en Vélez (1991 a 1995 y 1997/1998) y rindió de manera aceptable con Estudiantes de La Plata (1994/1995) en el Nacional B.
También pasó sin suerte por Racing y Rosario Central, donde logró que su apellido sea sinónimo de sequía. En Europa, le fue un poquito mejor, aunque tampoco la descosió. En Suiza actuó para el Basel y en España para varios equipos, como el Elche y el Rayo Vallecano.
En la actualidad no conforma un cuerpo técnico, pero sí
trabaja como Gerente del fútbol Profesional de Vélez, el último campeón.