Cuando nadie le creía, el abogado mediático Fernando Burlando logró lo imposible. Natacha Jaitt y Diego Latorre firmaron un acuerdo de confidencialidad que implica que ninguna de las partes, de ahora en más, puede hablar del otro. No se pueden mencionar entre ellos, ni a las familias de ambas partes.
Va a quedar en el imaginario si en verdad ese pacto bajo el paraguas judicial, porque se enmarcó en una audiencia de conciliación privada. Se realizó ayer en horas de la tarde en una oficina de Burlando en el microcentro.
Si hubo o no dinero de por medio, eso quedaría, en todo caso, en un acuerdo tácito. Es decir, lo que no se puede decir.
A la salida de la conciliación, Natacha en una actitud triunfante señaló: “logré lo que yo quería”. Pero durante la audiencia sufrió. Ella llegó, inexplicablemente sola, cuando siempre se hace en compañía de un abogado.
En mitad de la negociación, cuando le habría pegado un grito a Burlando porque las condiciones que se ponía en el acuerdo favorecía a Diego Latorre, pidió salir para hablar por celular con su abogado Guido Quieto, para que le envié en cuanto antes otro acuerdo. Media hora después Natacha y Latorre salieron por separados y satisfechos.
El comentarista de fútbol, que ayer mismo también logró negociar un año más su contrato con la señal de cable Fox Sports, accedió a sacarse fotos con sus fans. Natacha, en cambio, apeló a las redes sociales para reafirmar que el acuerdo “incluye hijos menores y mucho más. Quien rompe, paga”.
Natacha afirmó así que si una de las partes rompe el pacto debe pagar una multa que podría ascender a los dos millones de pesos, según señaló ayer Jorge Rial en Intrusos.
En la audiencia Natacha y Latorre no se vieron cara a cara, estuvieron en cuartos separados. Sólo los representantes de cada uno negociaron con las partes. En el caso de Latorre, su representante fue su socio en Fox Sports y Natacha no se sabe con quién llegó a la audiencia. Pero sí estuvo muy contenida por Burlando, abogado de Diego Latorre