Adiós a Emilio Disi: hizo enojar a Ranni y “sufrió” una broma de Olmedo

Así lo contó: “Estábamos de gira en un pueblo muy gauchesco y nos viene a atender un mozo bien gauchesco. Le pedimos los platos y cuando se va, le digo al Tano Ranni: 'vas a ver que este mozo es puto, es gay'. 'Pero Emilio, ¿cómo vas a saber eso?', me decía el Tano. Lo llamo al mozo y le digo: 'mozo, acá el señor Ranni dice que usted es puto y yo le digo que no. Es así?'. Se armó un quilombo terrible y el Tano no me habló por seis meses”.

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El protagonista de Los extermineitors contó que una temporada veraniega en Mar del Plata, Olmedo le pidió la casa prestada para celebrarle el cumpleaños a su hija Sabrina. “Olmedo envió un asador a unos de sus hijos y yo me tenía que ocupar de los vinos. Trajo a sus amigos, estuvieron comiendo hasta cualquier hora. Me quedo sin vino y Olmedo le pide a su hijo que fuera a buscar unas botellas de champagne al auto. Y siguieron tomando hasta las 11 de la mañana”, relató.

“Me desperté de la siesta a las 5 de la tarde con un ataque de hígado terrible, y el médico no me dejó ir a al Teatro: me dijo que si iba, la descompostura iba a empeorar. Así que por primera vez en mi vida suspendí. Me entero esa noche que Olmedo, de mi casa se fue a dormir al Teatro donde tenía su obra. Se durmió en un sillón del decorado y no lo podían despertar. Estaba la gente para la función y Portales le dijo al director 'abrí el telón que yo lo despierto'. Abrieron el telón y veías a Olmedo durmiendo en el sillón. Portales se acerca y le dice: 'oiga, despiértese, no siente a la gente aplaudiendo; hay que trabajar, la gente pagó su entrada’.

Olmedo se despertó despacio y lo miró a Javier y le dijo: ‘Ya escuche, yo estoy acá, pero el otro cobarde suspendió, ¿no?’. Era por mí, se burlaba de mí en la función”.