Anoche Andy Kusnetzoff regresó a su programa de Telefé Podemos Hablar, luego del parèntesis obligado por haber contraído coronavirus. Ya recuperado, el periodista confesó que había extrañado el ciclo y que todos lo trataron muy bien, incluso en las redes sociales, a cuyas reacciones les tenía cierto temor.
Entre los invitados estuvo Fede Bal, quien se recuperó del cáncer de colon y todavía no había hablado en televisión. El hijo de Carmen Barbieri hizo un conmovedor relato de la situación que atravesó. El anuncio de la participación de Fede en Podemos Hablar fue criticado porque al haber sido bastante reciente la enfermedad es una persona de riesgo en relación a los efectos que podría provocarle el coronavirus. También se difundieron supuestas cifras de lo que habría cobrado por su aparición de anoche. También estuvieron anoche en el ciclo (que tuvo a los invitados en el piso y no por zoom como en algunos otros episodios de PH) Carolina Ardohain, Lizy Tagliani y Karina Jelinek. Pampita dijo que prefería una semana sin celular a una semana sin sexo.
Tagliani se quebró cuando habló de su madre y al recordar a su amiga y asistente fallecida Floppy.. Además contó una curiosa anéctoda con un personaje de la política. Cuando recién era conocida, la persona que le tocó de compañero en un vuelo la elogió encendidamente. Ella pensó que debía devolverle el elogio. Le veía cara conocida y supuso que era actor. Le dijo, entonces, que había visto todas sus películas. El señor no contestó. Pero cuando ya estaban en tierra, le aclaró: "Lizy, no soy actor, soy el vicepresidente del voto no positivo".
Fede dijo que antes de la enfermedad "era ambicioso" y nunca se conformaba con lo que había conseguido y que luego entendió que "si no tenés salud no tenés nada". Indicó que vivía de una manera muy distinta a la de hoy. "Me levantaba pensando si estaban hablando mal de mi en la tele, por ejemplo. Así estaba, enloquecido. Ahora no tengo televisión siquiera", comentó. Señaló que ahora no se había convertido en Claudio María Domínguez siempre absolutamente positivo pero que sí había entendido que "estaba haciendo todo mal". Dijo que "no tuve miedo a morirme, pero no quería dejar a mi vieja sola". También que mientras peleaba sin saber si el tratamiento iría a dar resultado pensaba en su madre, "en mi perro, en mis deudas". Y se rió: "Es que soy un rusito que no quiere dejar cosas pendientes". Finalizó diciendo que les informó a sus amigos de su enfermedad con un asado y que llamó a sus ex "para pedirles disculpas".