Tatuarse el cuerpo ha pasado de ser una moda a una obsesión para muchos famosos. En el plano local, Candelaria Tinelli y su papá Marcelo han iniciado un recorrido del cual el conductor ha sabido bajarse a tiempo pero la moda se extiende a todo el mundo y Justin Bieber es uno de sus mayores exponentes.
El cantante canadiense ha ido adquirieron en un comienzo pequeñas ilustraciones que luego fueron cubriendo, poco a poco, su brazo izquierdo, derecho y torso, respectivamente.
Esta imagen corresponde a enero de 2012 cuando Bieber fue fotografiado en Cabo San Lucas y allí se ve que sólo tenía un pequeño tatuaje en el costado izquierdo de su torno y otro a la altura de la axila.
Poco tiempo después, comenzó a trabajar en el brazo izquierdo, donde se imprimió la palabra “believe” (cree), el nombre de su tercer álbum que salió a la venta en junio de 2012.
Un año después, los dibujos ya habían copado su antebrazo izquierdo y sus dos pectorales, En el derecho se tatuó los números romanos I, IX, VII y V que podrían significar (ya que no se escribe así) 1975, el año de nacimiento de su mamá. En el pectoral izquierdo, se hizo estampar una corona.
En diciembre de ese año decidió mostrarles a sus seguidores la aburrida sesión de tatuado que amplió el dibujo de su brazo izquierdo.
En enero de 2014, con su brazo izquierdo terminado, llegó la hora de empezar por el derecho.
En el término de dos años el antebrazo derecho fue adquiriendo más diseños, al tiempo que el cantante se agregaba una cruz en su pecho.
En julio 2014, el cantante estrenó un “Forgive me” (perdóname) en el costado derecho de su cuerpo. Por ese entonces estaba en crisis con la cantante y actriz Selena Gómez, de la que se separó a fines de ese año.
En agosto de 2016, le añadió un “purpose” (propósito) a su ombligo en referencia a su cuarto (y hasta ahora último) trabajo discográfico.
El mesianismo no se le escapó al multimillonario Bieber, que se hizo tatuar “Son of God” en diciembre del año pasado. Poco después fue en busca de ayuda a una congregación cristiana con el fin de superar sus adicciones.
En marzo de 2017, Justin se añadió un verdadero zoológico a su torso. En sus pectorales incorporó un lobo y un león, que muchos creyeron que era Aslan de Las Crónicas de Narnia. Sobre su ombligo, agregó un águila.
El siguiente trabajo que encargó Justin al tatuador Keith McCurdy demoró 26 horas en realizarse y debió hacerse en tres jornadas. Según el artista es “un símbolo del arte gótico y de la batalla entre el bien y el mal”.
Finalmente, Justin publicó una foto del trabajo terminado en su cuenta de Instagram.
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