Una de las noticias más impactantes de la semana pasada en el ámbito del espectáculo fue la del divorcio de la pareja que hasta hace unos meses integraban la periodista de espectáculos Viviana Canosa y el humorista Alejandro Borensztein.
Sin embargo, y a pesar de que en un principio lo negó, el viernes la chimentera terminó aceptando su realidad, al tiempo que aclaró que la separación se produjo hace al menos un año.
En el medio, surgieron rumores de un nuevo amor en la vida de la ex conductora de América TV con el empresario Marcelo González a quien conoció el último verano en Mar del Plata.
"Era lo mejor. Cuando uno tiene un hijo tiene que ser su mejor versión. Cuando ves que estás triste y las cosas no fluyen como te gustaría, tenés que tomar una decisión. Cuando dije la palabra 'divorcio', tragué y pensé 'no puedo creer lo que acabo de decir'. Fue un proceso muy largo, especialmente para mí", le contó Canosa a Tomás Dente en el ciclo Vino Para Vos.
“Cuando las cosas no evolucionan en algún aspecto de mi vida, trato de modificarlas; en algún momento con mayor lentitud. Era más lenta para los duelos y me podía quedar mucho tiempo en una relación. (Pero) me empecé a ver triste, empecé a ver que no era lo que quería… No es que no hubiera amor. El amor es una cosa que no se va de un día para el otro; pero no es lo mismo que haya amor y estar enamorada. El amor va a estar por siempre, por Martina", agregó.
"Empecé a trabajar y me empecé a dar cuenta de que estaba bien, estaba feliz y me faltaba algo más. Para mí la vida en pareja es presencia, paciencia, ojos bien abiertos, corazón a pleno. Soy de dar todo lo que tengo y más, y cuando siento que las cosas no me resultan decido no padecerlas. Cuando dije 'divorcio' fue un flash para mí, me puse a llorar mucho, pero vengo haciendo terapia hace mucho y lo decidimos de común acuerdo porque era lo mejor para nosotros y para Martina. No porque no haya más amor sino porque así estaba pensada la relación”, dijo Canosa.
Sobre las causas precisas que originaron la llevaron a tomar esta decisión. Canosa se ahorró precisiones. “Faltaban cosas que a mí básicamente no me terminaban de cerrar. Yo estoy dispuesta en la vida a dar todo y más y siempre voy a esperar de los demás lo mismo y más en una relación de pareja, de enamoramiento. Es hermoso tener mariposas en la panza y yo eso no me lo voy a privar nunca. Aunque tenga 80 o 90 años, siempre voy a querer estar enamorada. Yo se lo conté a Martina y nos aliviamos las dos (porque) estamos conectadas todo el tiempo y porque era una decisión que había que tomar”, concluyó.
“No lo contamos de común acuerdo porque los dos queríamos estar más tranquilos. (…) Me casé en secreto. Nadie se divorcia de un día para el otro. Me casé en secreto, ¿por qué iban a tener que saber ahora que me divorcié? Decidí no jugar ese juego", dijo.
"Pasó un año en el que nos replanteamos esto. Podríamos haber pasado toda la vida juntos. Cada uno tiene una vara de la felicidad, y la mía es altísima y no la puedo transar con nadie porque yo doy todo para ser feliz. Y es durísimo pero la vida son elecciones y decisiones y no me puedo arrepentir nunca de cosas que no me animé a hacer porque además siempre hay tiempo de que todo vuelva. Si Dios quiere que estemos juntos de nuevo, nunca me voy a resistir de eso. (…) No pasó nada. Yo empecé a querer hacer cosas que no eran compatibles. Para mí era importante algo que para él no, y eso no se transa””, dijo como dejando una puerta abierta a una reconciliación.