El lunes a las 22.30 por la pantalla de la Televisión
Pública, Peter Capusotto y sus Videos, Un Programa de Rock, inició la octava
temporada dando muestra de sus notables virtudes para sobresalir en su género.
Su creador, Diego Capusotto, considerado para muchos un personaje de culto, no menos desprejuiciado y sagaz que lo que exhibe en el envío de humor que lleva al frente, cuenta los pormenores y novedades del regreso sin escaparle a ningún tema. A lo largo de doce emisiones que asoman luego de un año sin pantalla en el que tuvo lugar el estreno de la película Peter Capusotto y Sus Tres Dimensiones que convocó a más de 270.000 espectadores, desfilarán clásicas criaturas que ya forman parte del imaginario colectivo, sketches de viejos conocidos como la cantante prepunk Violencia Rivas, el Palito Ortega montonero Bombita Rodríguez, el brasileño Pepeu Palala o el sacerdote Jesús de Laferrere junto a otras creaciones que verán la luz por vez primera.
"Esta temporada hay como intereses de otros personajes que
tienen que ver con el espíritu un poco del programa. Son esos personajes que
aparecen nuevos que no vienen a reemplazar sino a sumar", dice Capusotto con un
gesto serio que curiosamente invita a la risa en cada una de sus palabras. Con
guiones escritos por el actor en histórica dupla con Pedro Saborido, el ciclo en
su octavo año se planta con la fuerza de saberse libre.
"Nosotros tenemos
siempre una expectativa feliz porque hacemos lo que nos gusta, es lo que tenemos
ganas de hacer y estamos sujetos, en este caso, a nuestra propia voluntad de
hacerlo y compartirlo. Hay un espíritu que nos convoca con Pedro (Saborido) que
es auténtico: tenemos ganas de hacer de vuelta el programa en la forma que lo
venimos haciendo", sostiene el hombre de los inolvidables Cha Cha Chá y Todo por
$ 2. Y de inmediato se centra, como puede, en el conjunto de personificaciones
que supo dar vida. "Cada personaje es un cúmulo de voluntades. Los personajes
nuevos que aparecen son los que te dicen que podés continuar, son los que vienen
a sumar. Los personajes se empiezan a disfrutar más a medida que resuenan en la
gente, a medida que la gente te los va nombrando, ahí les empezás a tomar
cariño", señala Diego Capusotto mientras reflexiona con ironía.
"Reírse o burlarse de lo que pasa es una necesidad primaria. La vida es tan absurda, no hacemos más que mostrarlo", suelta el humorista que, a los 52 años, saborea más que nunca los frutos de su impronta. "A esta altura del partido empiezo a disfrutar de las criaturas cuando el programa ya arrancó, a medida que resuenan en la gente", cuenta sin abandonar su registro de seriedad risueña. "Hay algunos que tienen un impacto más efímero porque el chiste está puesto en ese impacto efímero. Otros tienen más desarrollo, surgen de algo muy chiquito que se va haciendo más sólido, adoptan otra carnadura y se terminan convirtiendo en clásicos del programa o terminan afianzando un concepto de lo que es el programa como un todo", describe Capusotto consciente de que lo que lo sostiene, como canalizador de un humor que no apela al facilismo, es fundamentalmente la identificación y el mofarse de nosotros mismos.
Lejos de los escándalos
Lejos de los escándalos mediáticos aunque abierto a observarlos e ironizar, Diego Capusotto deja resonando una frase que lo define. "Nadie que necesite escándalos mediáticos me interesa. ¿Te imaginás al poeta Baudelaire en medio de un escándalo?", dice.
El artífice de Peter Capusotto y sus Videos, Un Programa de
Rock, fiel a su estilo desestructurado, de vez en cuando, no se priva de
convertirse en todo un espectador de los llamados envíos de espectáculos y
chimentos. Eso sí, los tolera sólo un rato. "A veces veo programas de chimentos
o de espectáculos y no me genera tensión ni mucho menos. Me provoca la nada
misma", dice.
"Es una puesta en escena donde uno ve hasta ahí. Es como ver un capítulo de una comedia o una telenovela que no es tan buena y vos sabes que si la cambiás no te perdés nada. Cualquiera es famoso, dura dos días y es reemplazado por otro que cualquiera es, y a su vez por otro que cualquiera es y así sucesivamente", describe el cómico. "Si a las 52 años me preocupo por eso estamos sonados", se sincera. " Ahora me puedo empezar a preocupar, por la vejez, por la salud, pero no por el espectáculo ni cualquier personaje", aclara Diego. "Pareciera que sos buen espectador de la tele en general. ¿Es así?". "Lo que más veo es fútbol o una pelea de box, que me gusta".
"Nos ganamos un lugar y nos respetan"
d"Nosotros empezamos en cable, pasamos a la TV Pública, nos ganamos un lugar y nos respetan. No nos apuran ni quieren convertirnos en lo que no somos. Y nosotros tampoco. Por eso seguimos en la TV Pública y como nos dimos cuenta que hacer doce programas por año nos cuida el deseo de seguir haciéndolo, nos aferramos a eso. Lo aprendí con la experiencia en Cha Cha Chá y Todo por $ 2, que en definitiva fueron proyectos que se agotaron mucho más rápido", concluye provocando la continua sonrisa. Puesto a marcar sus preferencias en TV, dice que "no hay un programa determinado que me siento a ver pero sí me puedo sorprender con algo que aparece y a veces la televisión me sirve para tapar vacíos tremendos que tengo en mi vida".