La exigencia de la temporada, los problemas de las compañías para sumar entradas y tratar de recuperar el dinero invertido, tienen a los artistas demasiado estresados y a veces eso trae consecuancias.
Eso le pasó a Carmen Barbieri quien el martes se descompensó, terminó hospitalizada y debió suspender las finciones de Veinte millones. "Tuve un pico de estrés. No voy a los médicos, soy un desastre. Y no paro. Tengo que hacer en tratamiento por las cervicales", dijo Carmen Barbieri ayer en Los ángeles de la mañana.
"Ocho meses me ocupé de Santiago Bal, hasta su muerte. Y además hoy hace dos años de la muerte de mi mamá. La verdad es que no me había dado cuenta porque no sé ni en qué día vivo, pero mi prima me lo recordó", indicó Barbieri.
"No falto nunca al teatro, trabajé cuando se murieron mis padres, y cuando murió Santiago. Para mí el trabajo está antes que la salud", remarcó. "Mientras la ambulancia me llevaba, desde la camilla yo miraba la cola de gente que cambiaba sus entradas y le devolvían su dinero. Nunca había levantado una función pero me descompensé y no pude. Enseguida pedí que lo llamaran a Fede (Bal, su hijo) para avisarle, porque iba a pensar que yo estaba muerta", dijo la actriz, además de confirmar que esta misma noche (por anoche) vuelve a ponerse al frente del espectáculo. Y cumplió.
Sebastián Almada, uno de los integrantes del elenco, junto con Alberto Martin, Marcelo Debelis, Monica Farro y Sol Pérez, habló y contó detalles del momento que pasaron.
"Carmen no estaba bien, pero ella quiso hacer la función. Pero llegado el momento se veía que no iba a poder completarla y por eso decidimos llamar a la ambulancia. Fue un momento duro, ella es muy fuerte pero esta vez no puso", contó el uruguayo. Carmen no tuvo un enero sencillo. A las exigencias de la obra, ella está más que ninguno en escena, se le sumó el escándalo entre Mónica Farro y Sol Pérez que la tuvo a ella, como cabeza de compañía, tratando de moderar y de bajar el grado de violencia verbal que ambas protagonizaron en todos los medios. "A veces el cuerpo te habla, te dice", cerró Barbieri.