Después de Terminator Genesis (Terminator Genisys, 2015), lo más lógico era no seguir haciendo películas de esos personajes. A ver, después de ese “copy paste” que fue Terminator 3 La Rebelión de las máquinas (Terminator 3 Rise of the Machines, 2003), Terminator: La Salvación (Terminator Salvation, 2009) y la serie Terminator: The Sarah Connor Chronicles, no había muchas más vueltas que darle.
Tenía que aparecer en el medio el creador de todo esto, James Cameron (o “creador”, teniendo en cuenta los millones que tuvo que pagar al escritor Harlan Ellison) para darle una vuelta de tuerca que, sin ser magistral, logra insuflarle nueva energía vital a este autómata del cine.
Por eso, y en vista de que era imposible continuarla desde donde la dejó el film de Alan Taylor, Cameron, que hace un tiempo atrás recuperó los derechos sobre las dos primeras películas que andaban dando vueltas en Hollywood, decidió continuar la historia de Terminator 2 (1991) pero 28 años después.
De esta manera, a pocos minutos de empezar el film ya hace su aparición en cámara la legendaria Linda Hamilton (63) como Sarah Connor, que en esta ocasión ya no buscará proteger a su hijo John (¿la causa? ¿nos vieron cara de spoileros?) sino a una joven mexicana llamada Dani Ramos (Natalia Reyes) con la ayuda de Grace (Mackenzie Davis) una miembro de la resistencia que viajó desde el futuro para detener a un nuevo terminator, interpretado por Gabriel Luna.
A partir de ahí, el director Tim Miller utiliza una colección de lugares comunes de la franquicia para darle el gusto a los fans, al tiempo que introduce sus exquisitos toques de acción, que en muchas ocasiones recuerdan las maravillas que logró con su excelente Deadpool (2016).
Cameron, que está ocupado con las cuatro secuelas de Avatar, delegó en este gran realizador de género, la dura tarea de superar a Terminator 2 y el resultado se queda “a media máquina”. Me explico: por un lado, la delicia visual que logra Miller es casi adictiva, al punto de que el espectador no podrá despegar los ojos dela pantalla por temor a perderse algo.
Por el otro lado, esos lugares comunes que comenté más arriba le juegan en contra en varios momentos, dado que los que ya vieron las anteriores entregas se encontrarán con un “deja vú” cinéfilo de situaciones y diálogos “repetidos” que, sin embargo, no resulta molesto en absoluto pero le resta.
¿Y Arnold? El actor de 72 años está impecable y el solo hecho de que vuelvan a usar el truco de avejentar al robot lo justifica para volver a verlo por última vez en el papel.
Lo que sorprende del film, además de sus increíbles secuencias de acción, son las muy buenas actuaciones de Davis, Luna y, por sobre todo la debutante Reyes, que hacen muy creíbles sus papeles por sobre toda la pirotecnia de efectos especiales.
Vaya a verla si le gusta Terminator pero no espere encontrarse con una obra maestra del género como la segunda entrega.
Ficha ténica:
Terminator: Destino oculto (Terminator: Dark Fate, Estados Unidos/2019). Dirección: Tim Miller. Elenco Linda Hamilton, Arnold Schwarzenegger, Mackenzie Davis, Natalia Reyes, Gabriel Luna, Edward Furlong y Diego Boneta. Guion: David S. Goyer, Justin Rhodes y Billy Ray. Fotografía: Ken Seng. Edición: Julian Clarke. Música: Tom Holkenborg. Distribuidora: Fox. Duración: 128 minutos. Apta para mayores de 13 años con reservas.