Darío Barassi está en un buen momento laboral, con papeles en tiras televisivas del prime time, como el desarrollado como novio de Jimena Barón en “Quiero vivir a tu lado”, un rol estable en el programa “Net” de Fox, y su aparición cinematográfica en la versión latina del film animado “Emojis”, que se acaba de estrenar, y donde le pone la voz al emoticón “Popó” .
A pesar de no criticar ni juzgar las famas ocasionales de las redes sociales, Barassi sostiene que prefiere “la formación a las tendencias”, que no se puede quedar en que es un gordo simpático, y asegura que como actor tiene que estar preparado “para una película en el exterior o para volver al off”.
En Emojis, la nueva cinta animada de Sony Pictures, el actor le pone la voz el emoticón de la caca que aparece en el celular y que acompaña a otros como Hi-Five (Choque los cinco) o Gene (emoji escéptico), protagonista del film.
La película de Tony Leondis narra la historia de Gene, quien no puede mantener un solo gesto y pone en jaque la vida de la aplicación de emoticones dentro del celular de un adolescente, quien necesita del buen funcionamiento de su teléfono para interactuar con sus amigos.
“Yo vivo atado al celular y hay algo que me identifica con la película. El celular y las redes las uso por diversión y por trabajo. Soy adicto a los audios y emoticones, pero no soy de escribir mucho en el celular porque tengo los dedos grandes (risas)”, comentó Barassi, que nació en San Juan y dejó su provincia para venir a Buenos Aires a estudiar abogacía, aunque siempre supo que lo suyo era el entretenimiento.
l ¿Creés que se está terminando la comunicación directa entre las personas con la aparición de las nuevas tecnologías?
-Hay maneras y maneras de tomarse estas temáticas. No creo que se esté terminando, sino que tiende a modificarse. Es una manera simpática y novedosa, la cual, a veces, por miedo a lo distinto y lo moderno se tiende a criticar de más. Con mandar un corazoncito o una sonrisa está la intención de decir que querés a alguien.
l ¿Y no se pierde un poco la escritura?
-La realidad te expone a esta situación y me tengo que subir a la ola para poder comunicarme con, por ejemplo, mi sobrino. Yo soy mucho de las agendas y de escribir en papel, pero eso convive con el celular. Hay que ver las cosas con más humor y liviandad.
l ¿No creés que las redes sociales hacen que la inmediatez tome relevancia, generando “influencers” sin contenido?
-Al que tiene 2 millones de seguidores le tengo que reconocer que algo tiene para mantener la atención. Yo puedo hacer un video en Instagram con contenido y que pase desapercibido y después subo otro bostezando a la mañana y es furor. No lo puedo juzgar, lo respeto y lo entiendo. Lo importante es sostenerlo en el tiempo, y ahí es fundamental la formación.
l ¿Cómo sería eso?
-Yo no creo en la tendencia. Si estás bien plantado, sabés que te tenés que formar. Yo tengo que seguir estudiando y haciendo seminarios, no me puedo quedar en que soy un gordo simpático (risas). Eso pasa por tener que volver al off, pero también en tratar de pegar una película afuera. Si querés vivir el momento, relajate. Pero si querés hacer una carrera, no te podés quedar.