Hoy se cumplen diez años sin el embrujo de su guitarra. También sin la voz gruesa, a veces exageradamente impostada, para imponer respeto. Hoy se cumplen diez años sin Pappo, o El Carpo, tal como se lo conocía en el mundillo rockero a Norberto Aníbal Napolitano, una eminencia de la música urbana y si se quiere, un referente para los artistas de cuatro generaciones.
El aniversario remite a la desgraciada muerte en un accidente automovilístico. Aquella madrugada del 25 de febrero de 2005, Pappo, junto a su hijo Luciano, regresaban por la ruta nacional 5 desde Luján a una casa quinta ubicada en la zona de San Antonio, después de una cena en familia. Las motos de ambos se rozaron y el músico perdió la estabilidad. Un automóvil que venía por el carril contrario lo arrolló. Murió en el acto. Tenía 54 años.
Múltiples son las razones para recordar a quien más allá de la música hasta incursionó en la tele, con Araceli González, en Carola Casini.
Icono del rythm & blues de la Argentina, fue parte de bandas notables como Los Abuelos de la Nada, Los Gatos, por supuesto Pappo´s Blues y Riff. Sin olvidar sus incontables participaciones con los máximos exponentes del rock.
Tenía 18 años cuando se sumó al proyecto que capitaneaba Miguel Abuelo. Por esos días compartió algunos shows con Manal. También participó en la grabación de un disco del sello Mandioca, en el que intervinieron, entre otros, Luis Alberto Spinetta, Edelmiro Molinari y Rodolfo García.
A los 19, Pappo es convocado por Litto Nebbia para integrarse a Los Gatos. A principios de los 70, junto a David Lebón y Black Amaya, ideó el nacimiento de Pappo's Blues, primera banda con su sello distintivo.
Sin ser un prestidigitador, Pappo supo darle el tiempo y la velocidad adecuada a sus interpretaciones. En 1977 se reunió con el ex Manal Alejandro Medina y el baterista brasileño Rolando Castello junior, con los que formó Aeroblus, con el que editaron un disco, de un rock más duro que preanunciaba la siguiente movida.
El músico experimentó un largo período de vacaciones en Europa. Tras su retorno, Pappo encabezó un ambicioso proyecto, con Vitico, Michel Peyronel y Boff Serafine, crearon Riff. No detenga su motor fue el tema símbolo de esa placa debut y la ratificación de su pasión por los fierros. Susy Cadillac y Pantalla del mundo nuevo, ratificando el sentido futurista y algo grotesco, sirvió para entender por qué el Carpo no necesitaba clichés, ni etiquetas para tocar lo que quisiera. De ahí a convertirse en leyenda y artista irreemplazable.
Memorable pelea con DJ, del metalero menos pensado
Si algo se le reconoció al "Carpo", fue su compromiso con lo suyo. Laburante de la música, como se lo reconocía, dejó entre tantas cosas una encendida discusión en televisión, que aún se recuerda.
Fue en Sábado Bus, allá por el 2000 cuando le marcó la cancha a un ascendente DJ Deró, quien se proclamaba músico y hablaba de "tocar" en su rol de pinchadiscos. La respuesta de Pappo fue, para muchos, de antología: "Pibe, conseguite un laburo digno". La salida, sin embargo, parece hoy contrastarse con la importancia de los DJ's en todo el planeta.
Igual, el músico siempre se destacó por jugar con su imagen de tipo duro. Acaso en esto mucho tuvo que ver su retorno de Europa en los 80, década que lo emparentó con el heavy, a partir de su banda, Riff. El disco, Ruedas de Metal más un mix de rock explosivo, velocidad y potencia fue suficiente para ganar el corazón del incipiente público rockero que, motivado por la influencia extranjera y el propio músico, se calzó la típica campera negra.
Aquel recital memorable en el Madison, con el rey del blues
No necesariamente la actuación de un grupo o músico telonero, pasa desapercibida. Y el caso de Norberto Napolitano, lo confirma con creces. Es que a fines del 92, B.B. King se presentó en el estadio Obras. Pappo's Blues era una de las bandas teloneras. Los testimonios de la época (corroborado luego por el mismo guitarrista argentino) cuentan que 'The King of the Blues', entonces con frac talle Extra Grande y con su inseparable guitarra Lucille en el brazo, escuchó sonar el tema Blues local, reaccionando en el acto y preguntándole a la producción del show: "¿Quién es ese tipo?, lo quiero en mi show", ordenó.
Y así fue, el Carpo subió y construyó un romance musical con B.B. King. El tema, sin embargo, no quedó ahí, el músico negro lo convocó un año más tarde y así, actuó junto al mítico blusero de Mississippi, nada menos que en el Madison Square Garden neoyorquino.
Una anécdota describe el rigor profesional del argentino. Lejos de aprovechar su estadía en la gran Manzana, el músico permaneció prácticamente encerrado en el hotel.
"Ni loco salgo, ¿te imaginás si me pasa algo y me pierdo la chance de tocar con él?", asumió sin pudor. A partir de entonces, varios sellos discográficos advirtieron lo obvio, su sonido, movilizaba a otros artistas, a punto tal que comenzaron a convocarlo. Así, el guitarrista de La Paternal tocó con Hubert Sumlin (Howling Wolf), Mick Taylor (otrora guitarrista de Rolling Stones) y James Cotton (armoniquista de Muddy Waters).
Entre tanto vértigo, Pappo, tuvo tiempo para pensar en sus afectos más primarios. Para ese entonces, ya lejos de Riff, diseñó una canción dedicada a su madre que se erigió en hit: Mi vieja. El tema se convirtió en referencia para bandas como Ratones Paranoicos o Los Piojos, ya instaladas en el ámbito del rock local. Pero lo más importante es que se volvió un himno para honrar a la madre, en cada ocasión. Y que nadie se atreva, a tocar a mi vieja.
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