La relación cordial entre el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y los documentalistas se vio alterada hace un par de semanas, como consecuencia directa de la publicación de la resolución 982/13 por parte del Instituto.
Es que, hasta ahora, los reclamos que este sector del ambiente cinematográfico venía realizando se daban en un terreno apacible y no superaban los petitorios que, incluso, abarcaban a otros sectores vinculados con el cine nacional.
El antecedente más cercano de la lucha de los documentalistas, sin embargo, se remonta a 2007, cuando lograron que el INCAA apruebe una resolución (la llamada "Vía digital") que financiaba documentales independientes y que, además, creó un comité que estaba conformado por representantes de las seis asociaciones de directores, productores y técnicos (todos ellos elegidos democráticamente) que funcionaban como jurado de los proyectos a financiar.
Hasta hace poco más de dos semanas, la recepción de todos los documentales de producciones independientes se canalizaba por esa vía. Pero con la nueva resolución, el Instituto invalida ese comité y crea otros tres, lo que, para los documentalistas, dilataría la aprobación de los proyectos, entre otras cuestiones.
En la vereda opuesta, la titular del INCAA, Liliana Mazure, consideró la resolución firmada por ella como "democratizadora".
"Estas mismas asociaciones que hoy presentan esta queja están rechazando la democratización de un sector que está corporatizado y que quiere decidir qué se hace y qué no se hace", sintetizó Mazure.
DiarioPopular.com.ar conversó con Fernando Krichmar, integrante de la asociación Documentalistas Argentinos (DOCA), la agrupación que promueve la asamblea abierta que se realizará este sábado, a las 15, en la sede del IMPA (Querandíes 4290).
-¿Cuáles son los puntos de la nueva resolución del Incaa que ustedes cuestionan?
-Gracias a la Vía Digital, nosotros teníamos, como asociación, un jurado. Esto había sido producto de la lucha que se dio en 2007 y, a partir de ahí, se logró la normativa que otorgaba documentales de bajo presupuesto o de muy bajo presupuesto a gente que no tuviera antecedentes o que no estuviera relacionada con la industria del cine.
Y en ese sentido, nosotros medianamente registrábamos algo que nunca había habido en el Instituto, que es la transparencia. A partir de esta nueva resolución, nos quitan esta potestad y se la otorgan al consejo asesor del Instituto, donde hay mayoría de funcionarios nombrados por el Poder Ejecutivo. Con lo cual, no sabemos cómo van a ser en el futuro los concursos, por lo que estamos tratando de ver qué medidas llevamos adelante.
Y para eso es la Asamblea, para ver cómo logramos preservar ese pequeño sector de transparencia que hay en el Instituto y en el cual nosotros teníamos algún tipo de opinión, junto a otras seis asociaciones nacionales que están inscriptas como entidades propias del documental, con personería y todos los papeles necesarios.
-¿Tienen alguna teoría de por qué el INCAA saca en este momento la resolución?
-Nosotros, en principio, creemos que es una resolución muy torpe a nivel político en este momento porque, justamente, hacía mucho tiempo que la comunidad documental estaba medianamente en orden, no había mayores reclamos de ningún tipo, ni corporativos ni individuales demasiado serios. Suponemos que tiene que ver con presiones que habrá recibido el INCAA, por algunos rechazos de proyectos oficiales, o la onda esta de "vamos por todo".
Y hablo de sospechas políticas, porque esta resolución anterior abarcaba sólo el 3 por ciento del presupuesto del INCAA, por lo que era algo muy escaso y con eso mantenía tranquila a una comunidad bastante combativa, como es la de los documentalistas. Es muy difícil meterse en la cabeza de ellos, pero lo nosotros creemos es que cometen un gran error y con lo que se van a encontrar enfrente es con lucha, porque los que hacemos esto no tenemos otras posibilidades de acceso, porque es un segmento altamente cultural y si no está subvencionado por el Estado es muy difícil llevarlo adelante.
-Después de la actividad de protesta de la semana pasada, ¿tuvieron alguna comunicación con las autoridades del INCAA?
-Sí, de hecho se reunieron todas las asociaciones y estamos en una negociación para ver si, por lo menos, los primeros comités respetan lo anterior. Todavía estamos tratando de hacer que revean algunos puntos de la resolución, pero siguen firmes en que no van a ser los miembros de las asociaciones los que elijan los jurados. Por lo que, por ahora, seguimos en un diálogo con ellos, que todavía no es fructífero para nosotros. Igualmente, todo eso es lo que vamos a discutir en la asamblea del sábado.
-El sábado, entonces, convocan a todo el sector.
-Exactamente, una asamblea abierta, donde no sólo vamos a estar nosotros, sino todos aquellos que no estén asociados, o que incluso sean de otras provincias. Porque uno de los argumentos, era ese: que había mucha gente que no estaba asociada o que las provincias no están representadas, porque se supone que hay un miembro por cada región.
Ahora, lo que sucede es que este miembro lo nombran los secretarios de Cultura de la provincia y, en general, las asociaciones pequeñas o los independientes que hay en cada provincia no tienen que ver mucho con los funcionarios de sus provincias ni muchos menos con los de la región. La idea, entonces, es esclarecer todo el tejido de la información que ha hecho circular el INCAA que, por supuesto, tiene un poder de comunicación mucho más grande que nosotros.
-Más allá de la censura general que denuncian, ustedes también alertaron sobre un recorte en cuanto al armado de los documentales. ¿De qué se trata?
-No estrictamente en el armado, sino que la resolución instaura un Comité de Visualización que una vez que vos hacés la película, al entregarla, revisa la película y, si no coincide exactamente con lo que vos planteaste en el guión, te pueden obligar a devolver el dinero. Eso habla de que, evidentemente, los que redactaron la resolución no entienden mucho de cine documental, ya que hasta los más conservadores de este género tienen en claro que siempre se parte de una hipótesis que durante el rodaje puede ser absolutamente modificada.
Uno entra en una especie de dialéctica con la realidad que muchas veces le hace cambiar absolutamente de idea. Incluso en películas bastante poco experimentales sucede esto. Así que, evidentemente, hay una idea de que ya esté planteado en el proyecto por dónde va a ir el documental y uno se tiene que atener a eso y, de hecho, hasta está esta posibilidad de obligarte a devolver el dinero, así que, imaginate que, en ese sentido, es una posibilidad de censura. No decimos que vaya a venir de parte de esta administración del INCAA, ni que mañana empiece la censura, pero sí que instalan un mecanismo que la puede promover y permitir.
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