Sin lugar a dudas, Esmeralda Mitre, es la revelación del Bailando por un sueño 2018. Bastó una sola presentación para convertirse en el personaje más escandaloso del clásico reality de baile que comanda el gran Marcelo Tinelli. Luego, poco a poco, el carisma, la frontalidad y un desparpajo que, fingido o de manera espontánea, la lleva a moverse a su antojo y descompaginar hasta el mismo avezado conductor, fue ganando adhesión y empatía incluso en aquellos que la veían lejana y con apariencia snob.
“Se dio todo naturalmente. Me dije: ‘voy a hacer de mí’. Y así me muestro. Después fue pasando todo y sí preparo algunas cositas cada semana, pero fundamentalmente no dejo de ser yo. Siempre fui loca de bailar en fiestas y divertirme, pero esto es otra cosa”, dice, en exclusiva, esta singular actriz, cantante y modelo en un alto de la gala de apertura de la 33º entrega del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata a la que asistió la semana pasada.
Esmeralda sabe que, hoy por hoy, el grueso de las miradas posa en ella. Su belleza, su modo desprejuiciado y el juego de poder que ostenta, del que entra y sale a cada paso, la llevan a ser funcional al show, aceptada y querible para el gran público. Algo que parece tomar y absorbe sin creerse el rol.
“Funciona normal para mí todo esto. Porque ya era famosa, conocida y mucho la fama no me la creo. Me parece que no es verdad. Es simplemente momentos y hay que tomarlo con humildad. No me la creo. No creo en la fama. Creo en el trabajo y las consecuencias”, indica la hija de Blanca Álvarez de Toledo y Bartolomé Mitre, uno de los hombres más poderosos de Argentina.
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“Fue algo que nació, salió espontáneamente y fui descubriendo. A mí me encanta bailar. Bailé toda la vida. Lo hice toda la vida. Lo que pasa es que no soy bailarina y no lo hacía de modo profesional, pero me encanta bailar”, cuenta esta mujer de armas tomar al tiempo que pondera la figura de Marcelo Tinelli.
“Marcelo es un artista. Es impresionante verlo. Cuando estás ahí y lo ves más entendés lo que es. Te das cuenta cuando estás en el piso que Tinelli tiene otro nivel. Es impresionante, un virtuoso en lo que hace. Tenés que estar ahí para vivirlo y entenderlo”, se maravilla la chica que baraja varias propuestas para participar en el teatro durante las vacaciones de verano.
En medio de las continuas exigencias del certamen de baile, que comenzó en el mes de septiembre y que se juega su versión más intensa, Mitre sufrió una grave lesión durante un ensayo y terminó con dos costillas fracturadas. Los tiempos se acotan y las presiones son cada vez mayores y el cuerpo inevitablemente pasa factura.
“En general lo llevo muy bien. Esta semana tuve un momento de mucho estrés porque vamos quedando menos parejas y no tuve tiempo ni para ensayar. Antes, cuando el show duraba más tiempo tenías todo un mes para preparar un número. Yo que no soy bailarina ahora tengo 3 días para preparar el baile y eso me genera estrés. Lo otro no. Lo que diga el jurado, mientras no me ninguneen ni me falten el respeto, no. Eso está todo bien”, expresa Esmeralda que estos días vivió fuertes situaciones de peleas y enojos con el musicalizador del programa e integrantes del jurado del envío de las 22:30 de El Trece.
-Al principio te enojaste bastante. ¿Pudiste adaptarte al juego o seguís indignada, en serio, con las cosas que no te gustan?
-Bueno al principio dije las cosas que había querido decir hace mucho tiempo. Y me pareció que fue interesante. Y además me pelearon. Lo de Yanina Latorre no fue justo y quería enderezar ese tema. Si no se enderezaba no continuaba.
La intérprete de ciclos como EnAmorArte, Máximo corazón, Soy tu fan, Los cuentos de Fontanarrosa, Taxxi, Amores cruzados o Guapas, inmersa en medio de la pista de baile más aclamada de le televisión argentina debe acomodarse a los nuevos vientos. La enemistad con Yanina Latorre, surgida en sus inicios para defender en el conflicto a Nequi Galotti, pareja de su padre, quién luego renunció a Los Ángeles de la Mañana y ahora redoblada en amenazas con las que desafía la esposa del futbolista y demás frentes se le abren. “Parece que uno nunca cumple con las expectativas de los jurados. Veremos si sigo, qué decido, si nos sacan qué se yo”, responde con gesto de muñeca brava quién aún no se muestra reconciliada con Mirtha Legrand.
A propósito de ese enojo en donde Mirtha la hizo callar en su programa y Esmeralda estalló de furia, trascendió que la diva le pidió disculpas mediante la intervención de su madre. Ambas parecen querer dejar el episodio atrás. Para conflictos ruidosos, con los de Bailando, alcanza y sobran.