La actriz Florencia Peña se hizo eco ayer de las versiones de infidelidad de su pareja Ramiro Ponce De León, les quitó importancia y le puso todas las energías a su trabajo como jurado del Bailando por un Sueño y a la obra de teatro Los Vecinos de Arriba, que figura entre las diez más vistas del ranking de la cartelera teatral. Peña insistió en que el rumor surgió de una periodista de Salta, provincia de donde es oriundo el abogado.
“¡Por favor, no sé qué periodista es, ¿cómo se llama? Le mandamos un beso. No hay infidelidad, traición, no hay nada. Quizás dicen estas cosas porque les molestará lo que pienso“. Así cortó por lo sano con las versiones y la actriz señaló que sigue firme con la intención de casarse a fin de año con el padre de Felipe.
Para que no quedara duda alguna de la paz que reina en su familia frente a la versión que tuvo repercusión en el medio, mostró fotos de sus tres hijos, su pareja y sus padres en las redes sociales en el cumpleaños de su padre, el miércoles a la noche.
La versión surgió días atrás cuando una joven llamada Belén González contó en el programa radial de Ulises Jaitt y Gastón Samá, El Show del Espectáculo, de Radio UrbanaBA: “Hace un mes empecé a recibir una serie de toques por Facebook, me dio cuatro toques fácil en menos de 5 minutos, yo le devolví tres. Él me escribe directamente por Messenger y me pide el número y una foto desnuda”.
Peña, en su regreso a la televisión con ShowMatch, adelantó que este año el programa tendrá una gran cuota de humor: “Seguramente iremos por ese lado. Me parece que es lo mejor aunque eso no quita que alguno no se vaya a enojar”. Sobre sus pares, entre ellos, también nueva en el rubro como Laurita Fernández, señaló: “Trabajamos juntas el año pasado en una serie de Pol-ka (Quiero Vivir a Tu lado). La adoro y me parece una excelente bailarina” y sobre Angel De Brito y Marcelo Polino aseguró: “Los conozco hace mucho y tengo la re contra mejor”.
Todo indica que la actriz sabe a lo que está expuesta por su afinidad ideológica y muchas veces fue defenestrada incluso por sus propios pares por aceptar trabajar en el canal del cual había hablado mal.
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