Florencia Raggi: "Trato de aceptar el paso del tiempo"

Mientras se entusiasma con la pieza Cuerpos Perfectos que se exhibe en MultiTabaris, texto que ahonda en la rebeldía hacia las exigencias del cuerpo femenino, celebra el especial momento que atraviesan las mujeres. “Hice un montón de escenas de cama en televisión y en cine. Yo estoy tan entusiasmada con la historia que estábamos contando que instintivamente ya me doy cuenta si es propicio lo que hay que hacer o no. Y lo pongo en función de eso. Entonces me olvido de los pudores y de miradas desde otro lugar. Si vos estás trabajando con gente profesional no se genera ningún morbo. Nunca me pasó, jamás. Si yo siento que estoy imbuida en la historia y el elenco y el director también, en función de ese cuento soy una actriz que estoy contando un cuento. De eso se trata la actuación. No me inhibo”, señala esta actriz que junto a Antonio Birabent participó del episodio Fantasías del ciclo de 20 unitarios emitido los viernes a las 23 por Telefe, también reproducido por Cablevisión Flow.

“Cada vez se ve de todo referido al sexo; en las series de afuera y acá. No me genera ninguna incomodidad. Si yo siento que estoy contando el cuento que siento contar y me emociona contar, no tengo pudor ni con el cuerpo ni con lo que haya que hacer”, asume Raggi quién compuso a la mujer de un matrimonio muy tradicional que concreta en una suite del Rizhoma Hotel una fantasía sexual en trío.

“Todo el conflicto es el hacerlo y el después. Estuvo tratado muy profundamente. La gente se sintió muy identificada, ya sea por atracción o por rechazo. Es el conflicto que le pasa a una pareja a partir de que decide concretar una fantasía sexual. Todo lo que le pasa a cada uno y lo que sostiene la pareja”, expresa sobre el capítulo de Telefe junto a Birabent y Brenda Gandini.

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“Con Antonio hace 10 años habíamos trabajado juntos también en la película Tres Deseos. Así que ya nos conocimos y fue hermoso volver a trabajar y hacer de pareja otra vez”, comenta quién se iniciara como modelo top Argentina formando parte de la agencia de Ricardo Piñeyro. “A mí me encanta trabajar con los compañeros. No es que repito tanto con actores, pero me encanta enseguida encontrarle un punto a fin para desde ahí actuar y trabajar con mis colegas el personaje”. La chica de sonrisa ancha e infaltables rulos que evolucionó actoralmente desde coprotagonizar junto a Araceli González, Carola Casini, a su primer protagónico en la novela Milady, pasando por Primicias, Mujeres asesinas, regresó a la esfera televisiva con Rizhoma Hotel a la que alaba.

“Era casi cinematográfico y teatral también volver con este trabajo. Porque, por lo general hay más tiempo para ahondar en la luz, la escenografía y no tanto en la historia”, rescata Flor. “Aquí estábamos en cofradía con el director y los actores eran claramente lo más importante. Celebré que lo importante sea la actuación”, pronuncia con fuerza. “Si me ofrecen hacer tira diaria lo hago, pero ahí no se puede ahondar tanto por una cosa real; hay que hacer muchas escenas en un solo día. En cambio, mis dos participaciones en Rizhoma fueron un placer. Hacer algo medio teatral en la pantalla chica le dio un gustito distinto”.

Ninguna grieta

De modo cauteloso y equilibrado, Florencia Raggi, brinda su opinión, en tiempos convulsionados, respecto a la grieta que se genera en la sociedad toda, y de la que, la comunidad de actores, no está ajena. “No siento que haya mucha grieta. Tal vez porque uno también se crea su propia realidad, pero no siento que haya grieta. Tampoco siento tanta grieta entre los actores. En mi vida no hay grieta con nadie ni me siento dividida”, asegura. “Yo puedo tolerar el pensamiento distinto del otro y no tengo un pensamiento extremo sino más bien medio en muchas cosas. La verdad es que yo no me siento enemistada ni dividida. Tal vez es un momento social, cultural, político, mundial, universal, de mucha rispidez. Pero será el momento en que estamos como humanidad y ya irá cambiando a otras maneras”, expresa su sentir.

En cuanto a la obra Cuerpos perfectos que protagoniza con Andrea Frigerio, Laura Oliva más la actuación especial de Soledad Silveyra, Raggi, analiza el panorama reivindicativo de la mujer y los tabúes del envejecimiento. “El presente merece una obra de teatro como ésta”, indica de la pieza de Eve Ensler, mundialmente reconocida por ser autora del éxito Monólogos de la vagina.

“No es sencillo aceptar el paso del tiempo. Pero como en la vida cada vez habrá más cambios trato, en vez de combatirlos, de aceptarlos. Soy ajena a la cirugía. Lo único que mantengo como rutina es usar muchas cremas, ir a la misma cosmetóloga desde que tengo 15 años y hacerle caso en todo”, dirá de inmediato la intérprete que se destacó en las anteriores puestas como La casa de Bernarda Alba. “No me gustan las arrugas, pero entre una cara arrugada y natural y una sin arrugas y dura, prefiero los surcos. No lo critico, sólo no lo quiero por ahora y soy muy exigente con eso”, remarca Florencia, “Lo que me gusta de la pieza teatral es que justamente no adoctrina”, concluye.

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