El show de los Foo Fighters fue de esos que no se olvidan jamás de los jamases. De esos que se graban en la mente, en el corazón, en los oídos, en todos los sentidos de los presentes, y que serán recordados por siempre. Pasen los años que pasen; venga quién venga después. Y quedará grabado a fuego, de por vida en las más de 30 mil almas privilegiadas que estuvieron en el Estadio Ciudad de La Plata por la entrega animal, total, inagotable de la banda liderada por el energético Dave Grhol. Por esa onda tremenda e interminable que le pusieron los Foo arriba de las tablas...
Después de esa apertura impresionante con "Something From Nothing", el primer track de Sonic Highways (su último disco), Grohl con su Gibson DG 335 azul en manos, gritó: "¡Trajimos muchas canciones, así que van a tener que bailar toda la noche!, hdp!" y la promesa del ex Nirvana fue cumplida hasta más no poder...Casi tres horas a puro rock; un setlist de 28 hermosas y explosivas canciones, con una confección diferente a la de Chile (algo festejado por el público, ya que el no conocer la lista de antemano dio ese delicioso factor sorpresa que tanto gusta); y una energía de las que no abundan demasiado.
De todo, es poco...Hasta montaron una plataforma giratoria en la mitad de la pasarela que unía el escenario con el mangrullo, para divertirse como nenes con los covers elegidos para este nuevo ritual: "Detroit Rock City" de Kiss, "Stiff Competition", de Cheap Trick (con Grohl por única vez en batería y Hawkins en voz) y "Under Pressure" de Queen. ¡Impresionante!
Sí es cierto que en algún momento del show Dave Grohl, Chris Shiflett (guitarra), Pat Smear (guitarra), Nate Mendel (bajo), Taylor Hawkins (batería) y Rami Jaffee (tecladista) tuvieron que lidiar con el sonido. Pero fueron apenas detalles. Nada, absolutamente nada impidió que los Foo desplieguen todo ese arsenal de riffs, acordes, groove y melodías. Dieron todo lo que tenían y más. Hicieron valer cada peso de la entrada. Y la gente se fue prendida fuego de la alegría. Cantando "There goes my hero, watch him as he goes", y ya viviendo esa promesa de "volver pronto" que hizo Grohl a pura emoción después de recibir el calor y la locura perfecta de las más de 30 mil almas que hicieron vibrar al estadio Ciudad.