Hoy regresa a la ficción Griselda Siciliani y lo hace de un modo muy diferente al de la telecomedia costumbrista o al del culebrón. Esta vez Telefé y ella apuestan a la televisión de autor con la miniserie Morir de Amor, que se estrena esta miércoles 17 de octubre a las 23.30. Una historia adulta, cruel y sórdida que sale de la zona de confort y que elige la sexualidad extrema como tema central.
Una razón más que lógica para que el unitario vaya en el horario de las 23.30: “En este sentido Telefé hizo una gran apuesta y, como pocas veces, un canal líder toma un gran riesgo. Un canal que lleva a lo máximo la marca ‘familia’ ahora se anima a elevar la vara con una ficción hermosa”, acota Griselda un poco nerviosa por el estreno.
El año pasado Telefé emitió la serie Un Gallo Para Esculapio, una producción de Sebastián Ortega, una ficción que se enmarca en la zona marginal de la Provincia de Buenos Aires, metiéndose en el mundo de las peleas ilegales de gallos y piratas del asfalto. La miniserie tuvo su premio mayor con el Martín Fierro de Oro. La segunda temporada, que se estrenó ayer, sólo se emite por la señal de TNT. Este año desistió Telefé de dar la continuidad de esa ficción y se embarcó en otro proyecto que nació trunco y encontró una salida de la mano de Griselda y la directora de cine, Anahí Berneri, quien el año pasado ganó el Festival Internacional de San Sebastián con su película Alanis (con el protagónico de Sofía Gala, la hija de Moria Casán).
El protagónico iba a estar a cargo de Leo Sbaraglia, pero justo antes de arrancar se bajó por diferencias que sólo quedaron en el estricto silencio de la producción. Siciliani no ahonda en el tema, se convocó a Anahí Berneri, quien debuta en la televisión abierta, y en reemplazo de Sbaraglia se apostó por el palo independiente. Se convocó a un ignoto en televisión, pero de una carrera prolífica en el cine independiente: Esteban Bigliardi.
“Yo me siento muy halagada por el cambio y porque la televisión ponga su mirada en el mundo independiente. Es verdad que cuando se va Leo se produce un gran cambio. Entre ellos, la historia tiene una mirada mucho más femenina, recae casi todo en mi personaje, Helena, una abogada que trabaja en una obra social y padece una enfermedad terminal”, cuenta Siciliani. Y dice que la historia es llevada a un extremo en el que se mezclan el género dramático, la comedia y la ciencia ficción.
La ex mujer de Adrián Suar tiene poca trayectoria en televisión abierta. El grueso de su carrera la desarrolló en el teatro independiente que nunca dejó, aunque sí suspendió por un tiempo: “Telefé me convocó para que hiciera un papel muy diferente al de la telecomedia Educando a Nina (2016). Y yo entiendo que así sea porque cuando más cercana era a la propuesta de Nina me iba a resultar más difícil despegarme del papel de Nina”.
No es la primera vez que Siciliani se mete de lleno en un propuesta de autor en televisión. Su primer protagónico fue en Pol-Ka en Para Vestir Santos (2010), donde Suar convocó a Javier Daulte, dramaturgo del teatro independiente, para contar una comedia dramática de tres hijas que pierden a su madre de manera súbita y piensan, equivocadas, que así se iban a liberar de su estigma.
Todo lo contrario a Morir de Amor, que opta por la oscuridad ante el color vivaz de lo que suele ofrecer la televisión abierta: “A Esteban Biglieri lo amo, lo sigo mucho en teatro independiente, el mismo palo que yo. Con Berneri queríamos que fuera alguien no conocido en la televisión. Tras la partida de Sbaraglia, cambió la historia y mi rol. Se necesitaba como punto de partida una mirada más feminista acorde con los tiempos de la ola verde y la sororidad de la mujer”.
En cuanto al horario, a excepción de Rizhoma Hotel (Telefé que se emite al borde de la medianoche) ninguna ficción se programa tan tarde: “En Morir de Amor se necesita ese horario porque se pone aprueba un nuevo lenguaje, no se puede ver más temprano por las escenas eróticas. No lo digo por lo zarpado, sino porque se muestra de un modo diferente tanto a la mujer como al hombre. No son escenas de sexo cotidianas, tienen un vuelo poético porque la historia va por otro lado. Cada capítulo es impactante”.
El replanteo de la miniserie fue total a tal punto que de los 8 capítulos de base se alargó a los 12: “Es que nos encontramos con un material muy interesante y no se quiso desperdiciar”. Salvo el papel de Brenda Gandini que tiene continuidad en la trama, la miniserie cuenta con muchas participaciones especiales en cada envío. Entre ellas: Nacha Guevara, Sofía Gala, Belén Blanco, Daniela Cardone (madre de Brenda Gandini) y Verónica Llinás.
Su personaje Helena, una abogada de una obra social, separada, madre de un hijo adolescente, ve desmoronarse todo su mundo cuando se entera de una de su enfermedad terminal: “En los primeros capítulos se la verá gélida, como si no pasara nada. Eso está bueno porque se ve cómo va madurando su cambio. Mis personajes, en general, en la televisión son explosivos y Helena es una mujer que no muestra nada”.
Para el personaje de Helena en Morir de Amor, Griselda pasó pr un cambio de look. Se dejó el pelo platinado tal como se lo pedían en Sugar, donde usó peluca. Y también dio un giro en los medios en cuanto exposición mediática.
“Tengo que domar un poco mi carácter visceral. Soy de contestar y a veces no mido la repercusión”, dijo. Y aunque no dio nombres, claramente se refirió a la pelea que tuvo con Araceli González (ex mujer de Adrián Suar) y su pareja Fabián Mazzei: “Aprendí que hay que controlarse”.
El año pasado, Araceli la acusó de falsa y de meterse en la vida de ella cuando Siciliani, ya separada de Suar, dijo: “Si Mazzei no trabaja en Pol-Ka es porque a Suar no le sirve”.
La actriz tiene muy en claro el costo de la exposición mediática: “Tengo un límite y sé que cuando me preguntan por la vida privada contesto. Pero lo hago hasta ahí. Si me preguntan por Adrián y nuestra hija (Margarita), voy a hablar pero no voy a abrir la puerta de la intimidad”. Siciliani trabaja en Telefe desde 2015 pero ante ona oferta de Pol-ka dice que “obviamente” volvería porque “Pol-Ka es casi mi casa”.
Cuando se le pregunta si es verdad que uno muere de amor tras una separación, Griseldai lo niega rotundamente y agrega que su estado natural es muy pasional: “Soy una mujer romántica. Yo me siento identificada con los extremos. Es cierto que me separé (hace dos años del padre de su hija Margarita, Adrián Suar), me puse mal, pero no se me cayó el mundo. Para mí morir de amor es el momento de la pasión. Se dice que de las grandes pasiones se nutre el arte. El título de la miniserie Morir de Amor plantea un juego más palpable con la muerte, con la enfermedad, con el crimen”, explica.
Siciliani viene de propuestas exitosas en televisión abierta. Arrancó en 2004 y 2005 con Patito Feo en El Trece. Suar la llevó al protagónico en Para Vestir Santos (2010), siguió con Los Unicos (2011), Farsantes (2013/14), Viudas e Hijas del Rock&Pop (Telefé, 2015, una participación especial de casi dos meses) y Educando a Nina (Telefé, 2016): “Yo necesito parar un poco la pelota. Tuve una seguidilla de un proyecto mejor que el otro. Después de Nina vino el musical en el teatro con Sugar, en 2017. Confieso que en algunos casos me resultó un gran esfuerzo rechazar. Da mucho vértigo. Igual escucho todas las ofertas”, dice. Siciliani quiere volver al teatro con su par Carlos Casella con quien protagonizó ya las obras Sputza y Estas Que Te pelas.
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