El tango y el fútbol, que duda cabe, son pasiones argentinas que están unidas desde hace un siglo, y entre ellas han tenido muchos vínculos en común. Son parte de una identidad, y existe mucha poesía y literatura acerca de esta conjunción.
Hay tangueros que aman el fútbol, y viceversa. Pero también existen quienes lograron cumplir un sueño doble: el de cantar y además poder pisar el césped de una cancha como jugadores profesionales.
Cuando tenía apenas 6 años, Hernán “Cucuza” Castiello, hijo de un tachero de Villa Crespo que también supo conducir bondis y micros de larga distancia, se ilusionó con una propuesta que llegaba desde la tele: el programa El Tango del Millón, que conducía Juan Carlos Mareco, ofrecía como premio mayor una pileta Pelopincho a quien ganara un certamen infantil de canto.
Tras insistir para que su mamá lo llevara al concurso, ya que desde muy chico, y por herencia de su papá, se había aprendido una buena cantidad de letras de tango, Hernán fue al programa. En la primera emisión se destacó, pero debió esperar a la segunda, cuando tras entonar “El Clavelito” logró llevarse la pileta a su casa.
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A partir de aquí, este pibe nacido en Villa Ortúzar no dejó de soñar en vivir de esa pasión que tenía pese a su corta edad. Y de a poco, gracias a un amigo del padre, empezó a cantar en peñas como Luna de Buenos Aires y muchas otras, y codearse con monstruos como Roberto Goyeneche, Floreal Ruiz, Alberto Marino, Roberto Rufino o Rubén Juárez.
Pero faltaba la otra pasión: el fútbol, también transmitido por su viejo. Que no sólo le legó el fanatismo por Atlanta, club al que le hizo una nueva versión de la marcha que hoy se canta en los partidos que juega el Bohemio, sino además el gusto por jugar. Y Hernán (49) cumplió también ese berretín, cuando desde los 7 años jugó en las inferiores del club Parque, para luego recalar en Argentinos Juniors, donde llegó a debutar en primera división a fines de los 80, y hacer breves pasos por Tigre y Aldosivi de Mar del Plata.
Mientras cursaba sus estudios escolares, Hernán sobresalía en el coro del colegio. Y así fue creciendo mientras alternaba el canto con la pelota. Casado y con un hijo guitarrista, Mateo, de 20 años, con quien comparte el dúo Castiellos con el que incluso grabó un CD, y el trío Inestable, con el que se suele presentar en distintos escenarios, Hernán comenta que “el apodo de Cucuza me lo pusieron por el tango Cucuzita, cuando era más chico, y me quedó”.
Apenas largó el fútbol por una lesión, en 1992, Hernán se dedicó a otros trabajos para mantenerse: empleado en el depósito de una empresa y mecánico dental, y detalla que “recién en 2001 volví con todo al tango, y lo traté de encarar de un modo más profesional. Así, armé grupos y actué también como invitado y como solista en distintos lugares de la Capital”.
Pero fue en 2007 cuando “Cucuza” encontró su lugar en el pequeño mundo del barrio. Explica que “el mítico bar El Faro, en Constituyentes y La Pampa, que existía desde 1931, comenzó a ser un reducto de reunión de músicos, propuse armar recitales los fines de semana, e invitar a cantantes. Y así se convirtió con el tiempo en un bar notable, con un clima especial, y hasta con fotos de artistas de distintas épocas”.
Hernán reconoce como referentes esenciales a Goyeneche, Troilo, Floreal Ruiz y Rubén Juárez, junto a Ariel Ardit, Juan Villarreal y La Chicana entre las nuevas generaciones. Y asegura que “en lo poético me gusta elegir un amplio abanico de temas desde el amor y el desamor hasta la denuncia”.
Sin dudas, “Cucuza” lleva el fútbol en sus genes. Su padre le transmitió su amor por Atlanta, club al que sigue siempre que puede. Pero desde chico tuvo además habilidad con la pelota. Así, jugó en las inferiores del club Parque, y un tiempo después llegó a Argentinos Juniors, verdadero semillero de figuras.
“Tras hacer las inferiores y la reserva, debuté en primera en 1989, yo era marcador de punta aunque me había iniciado de 8. Comparti esa época con grandes como el Checho Batista, Fernando Redondo,.Silvio Rudman, Pipa Gancedo y Cáceres, y con varios de ellos seguimos una buena amistad hasta hoy”.
Tras ser cedido por seis meses a Tigre, en la B Nacional, “Cucuza” volvió al Bicho, pero quedó libre al poco tiempo. Así, el técnico Nito Veiga se acordó de él (lo había conducido en inferiores) y lo llevó a Aldosivi. Durante un año vivió en Mar del Plata, pero tuvo el infortunio de lesionarse en un cruce con un rival y aunque tenía 24 años, prefirió dejar la actividad.
Hernán dice que “al menos sigo vinculado al fútbol a través del ciclo FútbolTango, Dos pasiones juntas”, en El Muro, en Palermo. Es un contrapunto entre charlas de fútbol y tango, vienen ex jugadores, periodistas y músicos, y se arman muy buenos encuentros”.
Cucuza no es instrumentista, su capital es su voz. Pero sí se animó no solo a interpretar sino a componer. Tiene varias obras de su autoría. Y ostenta con orgullo que su tango “Tibieza” ganó el certamen Hugo Del Carril en 2005, en la categoría autor. Y además, remarca que “tuve la alegría de volver a ganarlo con la misma obra en 2007, pero como cantante, ya que antes lo había hecho mi amigo Hernán Genovese”.
Pero además de tanguero, Hernán tiene parte de su corazón en el rock nacional. Dice que eso le viene por el hermano “que escuchaba Almendra, Deep Purple, Beatles”. Asegura que “en mi adolescencia iba a ver a Soda, Los Visitantes, o La Portuaria y creo que en los últimos tiempos en tango y el rock han encontrado muchas confluencias”.
Castiello cantó hace poco en un tributo a Spinetta en el Ecunhi, y considera que el Flaco “es como Gardel, aunque mi artista preferido es Cerati”. Relata que en los premios Gardel se dio el gustazo de cantar tres temas con Charly García y comenta que “con mi grupo la Menesunda venimos preparando desde 2013 un disco llamado Tangolencia Rockera, donde mezclamos ambos géneros y hacemos tangos con toques de rock y canciones de rock llevadas al tango”.
Mientras, Hernán ultima los detalles para el ciclo Urchasdonía, que une a cuatro barrios porteños, que se hará desde los primeros días de noviembre en El Faro. Y enfatiza en la unión de géneros al señalar que “haremos homenajes a la bailarina María Nieves, a Luis Cardei y a Litto Nebbia”.
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