Dice que está en la mejor etapa de su vida. Es más, en el mismísimo programa de Andy Kusnetzoff, Podemos Hablar, le reconoció “haberse dado cuenta tarde, en eso llamado felicidad”. Sin embargo, la participación del conductor de Intrusos al ciclo de Telefé que va encolumnándose como un clásico de los sábados, sirvió para exponer a un Jorge Rial diferente.
Y no por nada los otros invitados (Alessandra Rampolla, Joaquín Furriel, Martina Gusmán, Christophe Krywonis y Natalie Weber), siguieron con atención cada una de sus confesiones. La primera, más cercana, aludió a su difícil separación con Silvia D’Auro. “Sí, es cierto, una Navidad la pasé en Panamericana junto con un grupo de gendarmes. Había tenido una discusión con mi ex y terminé yéndome”.
Aquel desenlace que lo marcó ya la había experimentado en un viaje a Nueva York. “Entre Halloween y la nieve, sentía una voz interior que me decía andate de acá”, en clara referencia a su crisis matrimonial.
Sin embargo, fue la historia familiar, la de sus padres inmigrantes la que capturó definitivamente la atención del anfitrión y de los comensales. Sin medias tintas, Rial se refirió al trato de su madre.
“Mi vieja me demostraba el amor desde la violencia’, sostuvo a propósito de quienes describió con sus dificultades. “Ellos eran campesinos, tenían tercer grado uno y el otro primero o segundo; ahora puedo contarlo porque pude perdonarlos a partir de la terapia”.’
Enseguida, el periodista reveló que su padre no pudo verlo ejercer la profesión y que su madre, en cambio lo conoció en su rol mediático. Andy lo interrogó en relación al perdón materno. “Logré disculparla, pero después de fallecida”, confió. “En verdad, yo no era un pibe muy tranquilo. Incluso terminé internado después de una situación complicada”. explicó siguiendo la descripción con una larga pausa.
Dicha “situación”, fue descripta por el referente de América.
La internación ocurrió después de que mi madre me arrojara un sachet de lavandina. Como tragué un montón, enseguida tuvieron que trasladarme para evitar que el problema tuviera peores consecuencias”, recordó.
No obstante de ello y acaso dispuesto a darle un cierre más “amable”, el conductor ratificó: “Desde la violencia pude entenderla y perdonarla. Fue todo un trabajo, pero ya está”. El brindis en la mesa del ciclo acalló la angustia interior que pocas veces Jorge Rial, se permite a relucir.