Haber ganado el Martín Fierro fue la mejor caricia al alma que pude haber recibido por estos días”, dispara de entrada Jorge Rossi, quien el domingo pasado cosechó su primer premio que anualmente otorga APTRA a los programas de cable, en este caso en el rubro entretenimientos, y que recientemente superó un difícil trance de salud: “Gracias a Dios ahora estoy muy bien. Está todo controlado y yo sigo al pie de la letra las instrucciones de los médicos. Pero de este tema prefiero no hablar. Lo único que te puedo decir es que le estoy metiendo todo para adelante”.
Dice que haber obtenido la estatuilla por la conducción del ciclo Volver a Cantar, que se emitió por la señal Volver, “fue algo que sinceramente no me lo esperaba. No obstante, todos nosotros, los que hicimos el programa, trabajamos lindo por el programa. Nos encantó hacerlo desde el primer momento. En cada emisión le dábamos una alegría grande a los abuelos y los nietos cantando. Cuando trabajás nunca pensás en el premio que te pueden llegar a dar. Yo ya estaba feliz con la nominación, que en sí es un gran estímulo. Pero haber ganado el Martín Fierro fue una de las cosas más placenteras que me sucedieron últimamente”.
Cuenta que “si bien ésta fue la primera vez que gané el Martín Fierro, ya había estado ternado en dos oportunidades anteriores, cuando hacía para Telefé uno de los programas que más amo, Tal para Cual, que conduje entre 2000 y 2002. Pero en aquellas ocasiones me quedé con las ganas de subir al escenario a recibir la distinción. Porque hay que reconocer que el Martín Fierro es el premio más importante de la Argentina que se conceden a la radio y a la televisión”.
Acompañado por su mujer Marcela (“también locutora, pero que no ejerce”, detalla), con quien asistió a la ceremonia que se llevó a cabo en el hotel Sheraton, agrega que “en mi casa cuando Horacio Cabak dijo el ganador es... Volver a Cantar, festejaron todos, desde los chicos que se habían quedado grabando y se escuchaban los gritos de ellos por el celular cuando Marcela los llamó para felicitarme, hasta mi mamá Margarita, que sigue viviendo en mi terruño natal, Trenque Lauquen, en el Oeste de la Provincia de Buenos Aires, y estaba feliz, chocha de la vida”. Sus tres hijos se llaman Franco, de 24 años, que trabaja como administrador de empresa; Bruno, de 22, que sigue sus pasos y está estudiando locución en el ISER; y el menor, Renzo, de 18, que está realizando el CBC para la carrera de Letras en la UBA.
Afirma que “en lo personal, el Martín Fierro para mí es, además, como el regalo que me hicieron los periodistas de APTRA porque el 13 de octubre pasado cumplí los primeros 40 años como locutor. Me inicié en LU11 Radioemisora del Oeste, en mi querido Trenque Lauquen, en el año 1972. Por aquel entonces yo estaba en el secundario y hacíamos teatro como actividad recreativa. Mientras cursaba el quinto año, nos dijeron que en la radio estaban necesitando operadores y locutores y con mi amigo, Mario Scuri, nos presentamos. El quedó como operador y yo como locutor. Abríamos la radio a las 6 de la mañana. No era como un hobbie, era laburo. Fue la primera vez que cobré por pasar anuncios publicitarios en la radio”.
Hasta que en el año ‘79 “me dicidí a venir a Buenos Aires para estudiar en el ISER y dos años más tarde gané un concurso para locutor del aquel entonces Canal 2. Pocos meses después pasé a Canal 9 para trabajar como notero de exteriores en Semana Nueve, un ciclo vespertino que conducían Gerardo Sofovich y Teté Coustarot. Después trabajé con el gran y divertidísimo Orlando Marconi en un programa que se llamaba Todo al 9 y de ahí salté a Feliz Domingo para acompañar a Silvio Soldán, reemplazando al ex modelo Carlos Iglesias”.