"Me siento muy cómodo con la radio. La radio es más lo mío y yo soy más yo en la radio", dispara Jorge Lafauci, que se apronta a festejar sus 12 años en Radio 10 con Todo por Hacer, su ciclo dominguero que va de 10 a 13.
El programa "repatrió" a su histórica locutora, Nora Briozzo, que vuelve a acompañar a este "testigo de los últimos 50 años del espectáculo argentino" tras un largo derrotero. "Yo empecé maduro en la radio, mi carrera fue en la gráfica y antes no se dejaba hacer TV y radio en simultáneo con un cargo directivo en una editorial. En el año 98 Televisa me permitió hacer Yo Amo a la TV los viernes con Andrés Percivale de conductor. Ahí me llamó Hadad y entré en la radio. Estoy en la radio desde el año 2000. Primero arranqué con Karin Cohen, luego con Nora Briozzo, en las trasnoches, y volví con Cohen, con quien hace 12 años empezamos un nuevo programa llamado Todo por Hacer, el mismo que ahora cumple 12 años. Todo por hacer en 2007 pierde a Karin porque se retira para ser mamá y entra Fátima Slame, que estuvo conmigo hasta hace dos meses, cuando dejó el programa para irse a Miami. Ahora volvió Nora al programa, alguien con quien nunca perdí contacto y que hizo los reemplazos de Fátima cuando ella estuvo embarazada. El domingo 25 hacemos el festejo de los 12 años con un programa especial con sorteos de entradas, premios y vamos a sacar a Fátima y a Karin", anticipa.
Puesto a comentar la realidad de los mal llamados "programas de espectáculos" y que sólo dan chimentos, cuenta este periodista de vieja estirpe que "siempre dirigí revistas que tenían chimentos, como la TV y Novelas, pero no era este estilo de ahora, era todo más liviano. Yo soy un fanático del cine y el teatro desde chico y voy todas las semanas 4 o 5 veces al teatro o al cine, nunca hablo de algo sin verlo primero. Soy miembro de APTRA, ACE, Cronistas de Cine y jurado en los Estrella de Mar. Trato de darle al programa una línea donde prevalezca el actor, no lo mediático".
La entrevista más recordada de Lafauci "fue con Alfredo Alcón, para mí la máxima figura actoral argentina. Y hace poco me sorprendió desde un lugar más humano una charla que hice con Pinky... la noté con una voz apagada. Lúcida como siempre, pero contándome que apenas podía caminar y tenía miedo de caerse. No imaginé que la iba a encontrar así. Norma Aleandro estaría en mi podio femenino", cuenta quien se ufana de que "cuando ellas hablan yo les conozco todo, incluso aquellas obras que nadie recuerda ya". Eso le pasó el domingo pasado con Oscar Martínez "a quien yo le recordé que de jovencito imitaba a la perfección a Sandrini", concluye quien se define como "un testigo de los últimos 50 años del espectáculo argentino".