El actor comenta que fuera del set también cocina bastante bien. Lo que no dice es si está necesitando una nueva pasión romántica como la que lo vincula con Celeste Cid en la comedia de El Trece. El clima del elenco, las tiras turcas, la competencia y el deseo de que les vaya bien a todas las producciones nacionales

En la exitosa ficción de Las Estrellas, la tira de Pol-Ka de las 21.30 por la pantalla de El Trece, demuestra sus dotes amatorias y culinarias como chef y enamorado del personaje de Virginia (Celeste Cid). Fuera de todo ribete ficticio, Esteban Lamothe, de quién se trata, se exhibe como alguien un tanto tímido, nada estereotipado, cultor del perfil bajo, muy sencillo y por demás alejado del típico galán de telenovela.

Amparado en la humildad de un tipo de barrio que se nota pudoroso a la hora de develar sus cuestiones privadas y mucho menos encontrar comodidad en la exposición y en el ser eje de todas las miradas, se siente más aliviado, al menos del asedio de la prensa, luego de los insistentes rumores que lo vincularon con quien fuera su coprotagonista en la novela Educando a Nina: Griselda Siciliani, cuando aún estaba en pareja con la actriz Julieta Zylberberg de la que se terminó posteriormente separando.

Vuelta de página para el recio seductor que hoy se focaliza en el triunfal presente televisivo y apunta a transitar una nueva etapa en lo personal. “Ni bien terminé Educando a Nina ya tenía conversaciones con Diego Andrasnik, el productor, y con Adrián (Suar) para volver a Pol-Ka. Me gusta más la comedia. Es el género que más me sienta. Esta es una comedia romántica hermosa con dos directores increíbles (Sebastián Pivotto y Lucas Gil) y estamos muy contentos”, afirma respecto al buen tino de la historia que nuclea a Celeste Cid, Marcela Kloosterboer, Natalie Pérez, Violeta Urtizberea y Justina Bustos.

“Mujeres con personalidad”

“Tienen mucha personalidad estas cinco mujeres”, dice con picardía. “Nos gusta mucho el proyecto, somos todos amigos, nos queremos y el clima es buenísimo, así que no nos queda otro camino que el éxito”, bromea enseguida.

“Ya habíamos trabajado juntos y si no nos conocíamos. A Naza lo conozco del mundo del hip hop y de los programas, con Luciano habíamos trabajado en Sos mi Hombre, a Nico Riera no lo conocía y a Nico Francella lo conocía de haberme cruzado en mil lugares. Nosotros competimos para ver quién se divierte más, nada más. Estamos para pasarla bien”, señala entre risas haciendo alusión al equipo masculino que integra la tira; Luciano Castro, Gonzalo Valenzuela, Rafael Ferro, Nicolás Francella, Nazareno Casero y Nicolás Riera.

Esteban Lamothe en Guapas

“Siempre trabajamos como si no quedara más Netflix, HBO y volvamos la época de los 50 puntos de Grande Pa’”, sonríe.

En la expresión de Javo, Lamothe, le pone el cuerpo a un particular cocinero con ansias de entregarse a los brazos del amor. “Es chef, trabaja en la cocina del hotel y su historia de amor con el personaje de Celeste Cid es muy fuerte. Es un tipo que está separado y tiene muchas ganas de amar. Todo pasar por ahí, por el amor. Cocinero, chabón que anda en moto, cocina, es un pibe que cocina. Es un tipo que está separado y tiene muchas ganas de amar y ser amado”, describe el hombre que se siente identificado con las bondades en el terreno de la cocina que, de manera experimentada, posee su personificación.

“Soy bueno, sí. Soy muy bueno en la cocina”, confiesa cómplice. “Hago pastel de papas, empanadas de choclo, morcipán, me sale bien el asado y me gusta mucho cocinar milanesas con papas fritas y huevos fritos. Estas me salen muy ricas. La verdad es que a mí también me gusta mucho cocinar”.

Más allá del estrepitoso fracaso de la recientemente levantada ficción Fanny, la Fan, en el imaginario de más de un actor se yergue el latente temor a no responder a las cifras de audiencia estimadas y que el producto pierda abruptamente el aire.

"Hago pastel de papas, empanadas de choclo, morcipán, me sale bien el asado y me gusta mucho cocinar milanesas con papas fritas y huevos fritos", cuenta Lamothe

“A mí me preocupa cómo andan mis tiras, pero no es que vaya a suicidarme si va mal. Estoy pendiente del rating porque quiero que me vaya bien, quiero ganar y obviamente quiero que les vaya bien a los compañeros de otros canales porque es importante que haya trabajo, pero quiero ganar sí. Ojalá que a todos les vaya muy bien, porque es horrible quedarse sin laburo”, desea el muchacho que a los 20 años trabajaba en una parrilla en Puerto Madero, pintaba casas y empezaba a estudiar actuación.

“Quiero que atraigamos a todo el público como gracias a Dios lo estamos haciendo”, agrega. “Somos resultadistas, queremos ganar. Siempre digo que ojalá que les vaya bien a todos, pero más a nosotros. Uno quiere ganar, pero lo importante es que le vaya bien a toda la ficción porque hoy estamos acá y mañana allá”, es consciente.

“Yo quiero que me depositen la quincena y trabajar bien, nada más. Acá queremos hacer goles porque somos resultadistas, queremos ganar”, sostiene sin falsos pudores. Y de inmediato intenta retratar su visión sobre la actual grilla de la pantalla chica. “La tevé está en un proceso de transformación, pero evidentemente ese proceso va a ser largo. Estamos en ese proceso. Llama la atención la adhesión que provocan ciertas novelas extranjeras. Lo que habría que hacer es ver qué tienen las latas que nosotros no. No hay que hacer lo mismo, pero ver por qué la gente las elige”, propone Lamothe que, ante todo, se muestra con gratitud y tesón por el trabajo.

"Yo quiero que me depositen la quincena y trabajar bien, nada más. Acá queremos hacer goles porque somos resultadistas, queremos ganar", sostiene

“Son de diez a doce horas de grabar diariamente, pero no es agotador para mí porque me gusta mucho trabajar. Y gracias a Dios y a San Cayetano tengo trabajo y estoy muy agradecido”, reconoce el artista que se destacó en los envíos televisivos titulados Sos mi Hombre, Farsantes y Guapas.

“PARA MI EL ROL DE GALAN ES EL MAS DIFICIL”

Galán moderno si lo hay, Esteban Lamothe, el mismo que enamora cada noche desde la trama de Las Estrellas, lleva el barrio incorporado en la piel y toda su expresión condice más a la seducción que ejercía un Carlos Monzón en la mítica película La Mary que a un Rodolfo Bebán en Los Muchachos de Antes no Usaban Gomina.

Él mismo, aunque se esmera en cultivar un porte bien torneado, sabe que no responde a ningún canon del clásico conquistador.

“Los galanes han cambiado bastante. Han pasado por diferentes etapas, van cambiando. En mi caso, obvio que me hago cargo del rol de galán, no me voy a hacer el gil. Pero es un galán más posible, más de ver en lo cotidiano”, observa con lógica, quien, con ese rótulo, en la interacción de Las Estrellas vive un tórrido romance con Celeste Cid.

“Hubo un tiempo en el que los galanes eran decididamente bellos. Yo me veo bastante lindo, no soy feo, pero no soy un chabón ícono de la belleza ni mucho menos. Chabones como yo se cruzan quince por cuadra si se quiere ver. Nadie se va a dar vuelta a mirar a un chabón como yo. Obvio que, hoy por hoy, que estoy en la tele me conocen, pero antes pasaba y las minas ni me miraban”. Con ese pensamiento y bagaje, para Lamothe, verse envuelto, de golpe y porrazo, en la exigencia de cumplir con el rol de héroe o galán, no le resulta una tarea nada sencilla.

"Hubo un tiempo en el que los galanes eran decididamente bellos. Yo me veo bastante lindo, no soy feo, pero no soy un chabón ícono de la belleza ni mucho menos"

“Para mí el de galán es el rol más difícil, el más difícil de todos. Me parece más fácil hacer Shakespeare que una figura de galán. Uno se acostumbra porque en los últimos veinte trabajos hice del chabón que las tiene a todas y la pone siempre, pero de por sí ni el galán ni las escenas de sexo son algo cómodo. Es un laburo; te matás en el gimnasio, entrenás, haces fierros. Ya llegará la hora de los galanes con panza, pero al menos ahora los hombres de 40 en la tele tenemos que cuidarnos. Y queremos tener panza en paz, sin tanta competencia”, se ríe fuerte el intérprete además ama la música y en un momento supo sostener su propia banda de rock and roll.

l ¿Hasta dónde llegás en el cuidado de tu físico, de tu imagen?

-Voy al gimnasio. Hay que entrenar una hora por día al menos. Pero si tengo que hablar en serio la verdad es que disfruto entrenar, me gusta el deporte, correr, estar en forma. Me encanta verme bien y hacerme el lindo. Al final cabo es laburo y hay que pagar las cuentas. Igual, me queda nada en todo esto. Tengo 40 años, como mucho lo puedo estirar hasta los 50.

Más aliviado respecto del momento en que lo vincularon a Griselda Siciliani, el actor se defiende. “El tiempo me dio la razón. Yo siempre estuve muy tranquilo, nunca me hice problema. Tranquilo y feliz”, sostiene con una mueca de revancha y considerando, quizá, que no se jugó limpiamente con él. “Nunca me ensucié entonces no tenía que limpiarme. Quizá los que se ensuciaron fueron otros al tirar informaciones falsas. No yo”, señala contundente. “Si este año dicen otra mentira igual como la del año pasado estaré ahí: recibiendo los golpes”.

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