En la vestimenta especial para el baile convive lo tradicional con los estilos de ruptura. En otro plano existe, ademas, un publico joven que apenas diferencia las prendas de calle de las de los salones. Que opinan vendedores y diseñadores.
Al tanguero le gusta lo clásico, los trajes bien rayados”, asegura Federico, uno de los vendedores de la casa dedicada a la vestimenta masculina que ofrece trajes de hombre “oscuros y rayados”, aunque tiene otros de colores chillones que, al preguntarle, asegura que “son para cumbia”.
Según Juan José, dependiente de la misma casa, la chaqueta del bailarín de tango tiene que ser de “sisa pequeña” para evitar que se levante al realizar “el abrazo”, la típica postura para bailar en la que el hombre rodea con su brazo derecho a la mujer, mientras que el pantalón va “más suelto”, para facilitar el movimiento.
Pese a este clasicismo imperante en el vestuario argentino, otros expositores aseguran que el aficionado al tango ya no es tan clásico, ya que “cambió la tendencia”, como indica Chacho Rosencrantz, de una marca de zapatos que se dedica exclusivamente a los tamangos milongueros.
“Hoy el tanguero es más moderno, baila tango electrónico, usa pantalones más anchos, ya no viste tan clásico”, asegura Rosencrantz, que ofrece una línea de zapatos de baile para hombres con suelas intercambiables, en función del piso al que el bailarín vaya a sacarle viruta al piso, como dicen los aficionados.
De esta forma, a la suela tradicional de cuero le acompaña otra de “cromo o gamuza dura” para suelos de madera, mientras que también ofrece otra de goma para “pisos muy resbalosos o maderas muy lustradas”, que se pueden cambiar gracias a una tira de velcro en la parte delantera de la suela, ya que el tacón no se cambia.
Hay milongas con mayoría de jóvenes en las que, incluso, es posible ver a varios de los asistentes en zapatillas, un verdadero pecado para los puristas. En general, es menos estricto el vestuario de las milongas. Hay estilos en las milongas que no se emparentan con el del milonguero. La llegada -desde hace más de una década- de nuevos tangueros en cantidades considerables relajó las costumbres y hoy es mucho más libre el vestuario que se ve en los salones. Al mismo tiempo, el calzado sigue siendo un tema importante para el bailarín, pese a que en lugares específicos se puede ver todo tipo de calzados.
Para Rosencrantz, el zapato del bailarín también ha alcanzado “una tendencia más moderna” en colores, saliéndose del tradicional “zapato inglés en negro y blanco” para ofrecer nuevos colores, unos zapatos que está vendiendo en más de doce países europeos y asiáticos.
El vestuario de las mujeres también está generando innovación, aunque se mantiene una “línea tradicional de elegancia y sensualidad”, según comenta Viviana Laguzzi, diseñadora de una casa de ropa femenina. Laguzzi destaca entre las virtudes del atuendo femenino en el tango la de “emanar feminidad y marcar las virtudes de la mujer”, destacando diferencias en el vestuario para el tango salón, vinculado al baile tradicional, y el tango escenario, más libre y coreografiado.
“Para el tango escenario son vestidos más elaborados con muchos brillos, bordados, telas especiales con mucho movimiento... Están hechas para que luzcan con la coreografía”, asegura la diseñadora y ex bailarina, que destaca en los trajes de tango salón la importancia del “movimiento de la pollera (falda)” y el escote a la espalda.
Vestirse como un buen tanguero también requiere reservar un presupuesto, ya que los aficionados que en el reciente Festival de Tango quisieron renovar su vestuario con los expositores del mismo reservaron unos 1.500 pesos (unos 320 dólares) entre traje y zapatos para los hombres, una cantidad algo inferior en el caso de las mujeres.
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