Muy de a poco se fueron perfilando como los representantes de una nueva generación de conductores televisivos. Para Leandro “Chino” Leunis, la televisión llegó a partir de la locución y de la radio. Para Nicolás Magaldi, el ingreso a los medios fue desde el detrás de cámaras, como especialista en comunicación en redes y tecnología, hasta que sintió que quería estar del lado más visible.
Los une una incansable energía que demuestran tener para el trabajo y sus personalidades inquietas y activas. Tienen una meta y van hacia ella con persistencia y envidiable convicción. Por lo menos, es lo que transmiten a través de sus trabajos y de sus declaraciones. Pero, a pesar de las similitudes hasta físicas, los separan sus personalidades muy distintas.
Magaldi es rebelde, no le tiene miedo al conflicto y se muestra un tanto expansivo en su manera de conducir. Si se enoja, lo hace, lo dice, y quizás no mide las consecuencias. Leunis, en cambio, es más correcto, menos explosivo y más reflexivo. Es la perfecta combinación entre un conductor actual y los conductores de antes, como Berugo Carámbula o Héctor Larrea -a quienes tiene como referentes-, que tenían su fuerte en el humor y en su modo cordial de conducir.
Hoy, la grilla televisiva los enfrenta de lunes a viernes a las 13 horas. Leunis, con “¿En qué mano está?”, por Telefé, y Magaldi con “El show del problema” por El Nueve. Dos formatos totalmente distintos. El primero, un típico programa de entretenimientos de verano con juegos, móviles, música en vivo, sorteos y humoristas. El segundo, un formato que muestra las dos caras de un conflicto familiar, entre amigos o de pareja, con un enfoque bizarro como el cono del silencio -tomado del Super Agente 86- para dirimir las diferencias.
Dos conductores que supieron hacerse un lugar en un medio tan competitivo y de muy difícil permanencia como es la televisión.