Espectáculos
Fuego cruzado en la ficción de El Trece. Trascendió que Griselda habría pedido limitar los besos con Facundo, en tanto que el cómico aparentemente tuvo una discusión con el protagonista de El Puntero.
Los protagonistas del culebrón Farsantes estarían haciendo honor a ese título. Todos tratan de tapar algo para que las internas no tomen estado público. Hacen lo posible, pero lo cierto es que los ánimos están muy crispados por una suerte de choque de egos, que al principio trascendió por la guerra entre el consagrado actor Julio Chávez y el galán Facundo Arana. Pero lejos de aplacar los ánimos se habrían formado dos bandos: Arana-Alfredo Casero por un lado y por otro Chávez-Benjamín Vicuña-Griselda Siciliani. Esta última habría pedido limitar las escenas de besos con el galán.
Farsantes, con un promedio diario de 14 puntos, se ubica en los primeros tres puestos de las mediciones, pero las peleas en elenco están a la orden del día.
Tan caldeado estaría el ambiente que se le hace casi imposible a Adrián Suar, como productor de la ficción, contener a todo. A las diferencias irreconciliables de actuación se habría sumado un grito de Casero para frenar el supuesto ímpetu de Chávez de marcar las actuaciones de sus pares pasando, incluso, por encima de las indicaciones de su amigo, el director Daniel Barone.
Sin pelos en la lengua, Casero se habría enojado con Chávez porque éste se habría quejado que precisamente el cómico y Arana no ensayan las escenas cuando les toca actuar juntos: "¿Pero qué te crees que estás en el San Martín?". Fue una clara queja a las exigencias que estaría poniendo en juego Chávez.
En verdad, no salió en defensa de Arana sino con la intención de ubicar a cada uno en su lugar en la ficción. Desde la rueda de presentación para la prensa de Farsantes se comenta que Chávez tendría un carácter inmanejable, lo que salió a luz a un mes y pico del debut de la tira.
Pero para el galán estarían haciendo fila para criticar su labor. Primero comenzó con Chávez y quien se encargó de confirmar la tensa relación fue ni más ni menos que el mismo Casero una semana atrás cuando en una nota afirmó: "Algunos vienen con su idea y todo bien. Lo mejor es que las aguas de los egos se vayan calmando para que pueda armarse una cosa biológica vincular".
Sin lugar a dudas, Casero con una declaración suave y de manera pública blanqueó la existencia del conflicto. Ayer, según publicó Ratingcero.com, el actor habría dado el primer puntapié cansado de las internas. Inesperadamente, se conoció el otro supuesto conflicto con Arana por el presunto pedido de la esposa de Adrián Suar de limitar las escenas de los besos, cuando ella en la conferencia de prensa había calentado el ambiente de la ficción al afirmar que "nos vamos a matar".
En su momento lo dijo en sentido figurado y con una clara connotación sexual. Ahora esa frase toma otro sentido si llega a ser cierto que la actriz habría pedido cercenar las escenas de besos y de amor.
Siempre fue cabeza de elenco en ficciones que se apoyaban en sus hombres, pero en Farsantes es distinto y Arana, aparentemente, no está teniendo la mejor experiencia. A tal punto que también habría tenido algunos pequeños roces con el esposo de la modelo Carolina Pampita Ardohaín, Benjamín Vicuña.
El actor chileno por estas horas está evaluando su continuidad en la tira. Su contrato, como el de todos los actores, finaliza en octubre próximo con posibilidad de renovación. Habida cuenta de la buena recepción de su personaje y de la historia de amor homosexual con el rol que encara Chávez, tanto este último como el mismo Suar quieren a toda costa que Vicuña renueve su continuidad.
Suar es un productor que está acostumbrado a lidiar con los elencos de sus producciones, pero en Farsantes el asunto se le estaría escapando de las manos. Algunos comentan que Siciliani, que tiene una bien ganada imagen de actriz humilde, hoy estaría mostrando cierto aire de diva que, para otros, es su forma de reaccionar ante la guerra de egos en que se habría convertido Farsantes... i
Tan caldeado estaría el ambiente que se le hace casi imposible a Adrián Suar, como productor de la ficción, contener a todo. A las diferencias irreconciliables de actuación se habría sumado un grito de Casero para frenar el supuesto ímpetu de Chávez de marcar las actuaciones de sus pares pasando, incluso, por encima de las indicaciones de su amigo, el director Daniel Barone.
Sin pelos en la lengua, Casero se habría enojado con Chávez porque éste se habría quejado que precisamente el cómico y Arana no ensayan las escenas cuando les toca actuar juntos: "¿Pero qué te crees que estás en el San Martín?". Fue una clara queja a las exigencias que estaría poniendo en juego Chávez.
En verdad, no salió en defensa de Arana sino con la intención de ubicar a cada uno en su lugar en la ficción. Desde la rueda de presentación para la prensa de Farsantes se comenta que Chávez tendría un carácter inmanejable, lo que salió a luz a un mes y pico del debut de la tira.
Pero para el galán estarían haciendo fila para criticar su labor. Primero comenzó con Chávez y quien se encargó de confirmar la tensa relación fue ni más ni menos que el mismo Casero una semana atrás cuando en una nota afirmó: "Algunos vienen con su idea y todo bien. Lo mejor es que las aguas de los egos se vayan calmando para que pueda armarse una cosa biológica vincular".
Sin lugar a dudas, Casero con una declaración suave y de manera pública blanqueó la existencia del conflicto. Ayer, según publicó Ratingcero.com, el actor habría dado el primer puntapié cansado de las internas. Inesperadamente, se conoció el otro supuesto conflicto con Arana por el presunto pedido de la esposa de Adrián Suar de limitar las escenas de los besos, cuando ella en la conferencia de prensa había calentado el ambiente de la ficción al afirmar que "nos vamos a matar".
En su momento lo dijo en sentido figurado y con una clara connotación sexual. Ahora esa frase toma otro sentido si llega a ser cierto que la actriz habría pedido cercenar las escenas de besos y de amor.
Siempre fue cabeza de elenco en ficciones que se apoyaban en sus hombres, pero en Farsantes es distinto y Arana, aparentemente, no está teniendo la mejor experiencia. A tal punto que también habría tenido algunos pequeños roces con el esposo de la modelo Carolina Pampita Ardohaín, Benjamín Vicuña.
El actor chileno por estas horas está evaluando su continuidad en la tira. Su contrato, como el de todos los actores, finaliza en octubre próximo con posibilidad de renovación. Habida cuenta de la buena recepción de su personaje y de la historia de amor homosexual con el rol que encara Chávez, tanto este último como el mismo Suar quieren a toda costa que Vicuña renueve su continuidad.
Suar es un productor que está acostumbrado a lidiar con los elencos de sus producciones, pero en Farsantes el asunto se le estaría escapando de las manos. Algunos comentan que Siciliani, que tiene una bien ganada imagen de actriz humilde, hoy estaría mostrando cierto aire de diva que, para otros, es su forma de reaccionar ante la guerra de egos en que se habría convertido Farsantes... i
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