A cuatro años de su muerte, los hijos de Ricardo Fort reaparecieron en escena a través de sus cuentas de las redes sociales donde interactúan con los fans del desaparecido productor y artista. Felipe y Martita Fort -bautizados así por Ricardo en honor a sus padres- permanecen al cuidado de Gustavo Martínez, ex pareja del empresario, que ahora los acompaña en las vacaciones que ambos se tomaron en Miami, en el departamento de la zona de Southpoint que se convirtió en “el lugar en el mundo” de su papá. Allí llegaron en un vuelo económica de Aerolíneas Argentinas, a sabiendas que si su padre se llegara a enterar pegaría uno de sus caracteríticos gritos al estilo “Chicooos”. “Son chicos y no tiene sentido que vivan una vida irreal, está bueno que conozcan de todo y se crien con sencillez”, le contó Martínez a la revista Caras, sobre los niños, que a pesar de todo concurren a un exclusivísimo colegio privado de Belgrano.
Felipe fue el primero en responder a las preguntas de esa publicación, y no tardó en expresar que cuando sea grande tratará de diversificarse en mil tareas como su padre. “Además de trabajar en la fábrica dando ideas para los chocolates también quiero ser actor y trabajar con eso. También me gustaría comprar casas y autos para alquilar y ayudar a los demás. Hacer inversiones. Haría un chocolate para que parte de lo vendido vaya a las personas que lo necesitan”, dijo el pequeño futuro empresario.
“Siento que si hoy él estuviera vivo podría entablar conversaciones y hacer muchas cosas con mi papá, y es posible que algún día pueda colgar en mi cuarto alguna de sus fotos, sobre todo aquellas en las que se lo veía cantando, cuando estaba feliz”, agregó, el niño que aspira a ser conocido como Felipe Fort y no como “el hijo de”, y que para eso vive preparándose en todas las especialidades artísticas.
Martita no difiere mucho de su hermano y asegura: “me gustaría ser actriz. Me gustaría que la gente no piense que me cuelgo de su fama, sino que me reconozcan por algo que hice yo pero también que sepan por quien arranque”.
Al igual que Ricardo, la nena también tiene aspiraciones filantrópicas. “En el futuro yo quiero crear un negocio propio porque en la fábrica todos se pelean por todo y a mí no me gusta eso. No me gusta estar defendiendo todo el tiempo lo que es mío porque si no lo hago otros se lo roban. Quiero dedicarme a un negocio artístico donde sea solo yo la propietaria. Me gustaría tener mis propios bebes y hacer una campaña para ayudar a los animales, tener un refugio ayudando a los perritos de la calle para que tengan una familia”, dice la nena, que también tiene palabras para todos aquellos que criticaron el estilo de vida de su padre.
“Hay personas como Flavio Mendoza que criticó a mi papá cuando utilizó el método del vientre subrogado para tenernos pero ahora lo quiere hacer. Me parece algo muy contradictorio. Si una pareja se ama y no puede tener hijos, me parece que el vientre subrogado está perfecto. Tenemos 13 años. Sigue habiendo gente retrógrada que piensa que los homosexuales están mal, que tener hijos de un vientre subrogado es muy raro, que no se puede. Que Cristo creó al hombre y a la mujer. Hay personas que aún no caen en la realidad que la ciencia avanzó mucho”, concluyó.