El actor, que encarna al policía corrupto de Noche & Día, reconoce no sentirse responsable del éxito de la tira. Critica a la tele argentina porque encasilla mucho: “Hay gente que hace siempre de loco o de gay”, asegura.

De gesto serio y cara de pocos amigos, Oscar Martínez se deshace de esta primera impresión a medida que el diálogo se profundiza. De hecho, enseguida, el actor comienza a exhibir su don de gente y caballerosidad. Así se ve al protagonista de la última ficción de Pol-ka Noche & Día que lo sitúa más malo que nunca. Montado en la figura de Guillermo Inchausti, un policía corrupto que instalado en su sillón de comisario, hace y deshace a su antojo, condimenta la trama de las 21.45 de El Trece, encabezada por Facundo Arana y Romina Gaetani.

Crítico de lo que la pantalla chica brinda en su grilla, este actor, autor y director de teatro, resalta lo que su vil personaje le depara. "Soy netamente un villano, un hombre con rasgos perversos", sostiene Martínez. "Es un personaje que ya ha se ha encarado en ficciones tanto cinematográficas como televisivas. De todos modos, creo que todo el mundo sabe que tanto el policía como el carcelero se terminan pareciendo al preso. Por el delito, por el horror de la muerte, por el contrabando de armas y drogas, si es alguien pasible de ser corrupto puede ser fácil de ser corrompible porque está en contacto con delincuentes todo el tiempo", enuncia con firmeza.

El hombre que volvió a la tevé tras Condicionados, ahora debe colarse en la piel de un hombre sin escrúpulos. En ese tren, el desafío resulta hacerlo creíble, libre del típico cliché. "Yo siempre pedí que tenga sus contradicciones", confiesa Oscar. "Para mí lo más complicado de ser el villano de la película es que no sea un cliché. Este tipo de personas cuando te avivaste ya te la pusieron y mientras no te avives son encantadores", declara entre sonrisas.

"Es un personaje perverso, se atreve a cosas para las que es necesario tener una patología. Más allá de todo eso, el hombre es capaz de transgredir las normas morales y éticas. Es un comisario mayor, capaz de concebir hechos muy siniestros con temas tan temibles como matar a un tipo sin el más mínimo remordimiento", comenta sobre su rol en Noche & Día.

"Tiene algunas debilidades y yo tendría que tratar de entrar ahí para no colgarme un cartel en la frente de "H d p", entiende mientras sigue describiendo la personalidad que debe desarrollar en la historia escrita por Marcos Osorio Vidal y Willy Van Broock.

"Guillermo tiene ambiciones de poder porque está detrás del puesto del Ministro de Seguridad y tiene que tener alguna capacidad de seducción para él. Es sumamente perverso", asegura nuevamente.

"Es complejo para un actor hacer cualquier tipo de personajes. En este caso la complejidad tiene que ver con que un personaje malo nadie se identifica. Sólo si cada uno se ve reflejado en su costado jodido o perverso", aclara.

Si hay algo de lo que gozó Oscar Martínez a lo largo de toda su carrera fue de la posibilidad de componer una amplia gama de personajes y descorrerse del tan recurrente filo del encasillamiento. La actual, de Inchausti, netamente se encuentra diferenciada del resto.

"Hay personajes que tienen más que ver con la cuerda de uno. En la televisión argentina se encasilla mucho por eso ves gente que hace siempre de loco, gente que hace siempre da gay. Desde ese punto de vista está bueno lo que a mí me pasa porque tengo la fortuna de poder apostar siempre a algo diferente. Lo otro es una condición de la trama. Yo no pienso los personajes en términos de buenos o malos. Este es el villano que siempre tiene que estar", sintetiza.


Sin responsabilidad

"Hoy no hay garantía de nada. Hay cosas muy buenas que funcionan mal y viceversa. Sí, hubo un momento, en los 20 años de Pol-ka, en que era muy difícil que funcionaran mal", reconoce el intérprete que recientemente deslumbró con Amadeus en el teatro.

"Adrián (Suar) me convocó para una tira en que la idea original no era ésta. En realidad había dos ideas; ésta y otra que era bastante diferente. No tuve demasiado tiempo de elaborarla", reconoce sincero el actor del filme Relatos salvajes. "Yo no me siento responsable de Noche & Día", desliza Martínez con franqueza.

"Yo me siento responsable de mi trabajo dentro de Noche & Día, pero no me siento responsable de la totalidad. Cuando hicimos con Eleonora (Wexler) en teatro El Descenso del Monte Morgan aunque yo no era el director, o en Amadeus, yo me sentía responsable de todo lo que sucedía. No pasa lo mismo en tevé. Es otra cosa, es otro vínculo con lo que voy haciendo. El teatro es más del actor", asegura.

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