Es una discusión más filosófica que técnica. Nadie puede decir que las superproducciones del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU) no sean cine. Y es que básicamente son eso: fotogramas montados que se exhiben en pantallas gigantes. Pero el planteo que instaló Martin Scorsese describiéndolas como "parques de diversiones" busca profundizar más allá en la cuestión: ¿entendemos una película en cuestiones artísticas o comerciales?
Al postulado de Marty se sumaron varias eminencias como el mismísimo Francis Ford Coppola, otro nombre célebre del Nuevo (ya viejo) Hollywood, quien calificó como "despreciables" a las cintas de superhéroes. Sus comentarios pueden sonar cínicos, pero también hay que entender una cuestión clave para que estas leyendas se manifiesten así: los estudios van a lo seguro y apuestan a las adaptaciones de cómics, dejando proyectos más autorales en un limbo.
Asimismo sin formar parte de esa generación que cambió la forma de hacer cine a principios de los setenta, algunos nombres destacados también se sumaron a la polémica. Ken Loach, responsable de Yo, Daniel Blake (I, Daniel Blake, 2016) y El Viento que Acaricia el Prado (The Wind that Shakes the Barley, 2008), le dijo a Sky News: "Están hechas como hamburguesas. Hacen mercancía que genera ganancias para una gran corporación. Son un ejercicio cínico".
En tanto, Fernando Meirelles, el brasilero que se consagró con Ciudad de Dios (Cidade de Deus, 2002), también tuvo comentarios despectivos: "Vi una de Spider-Man hace ocho años, y eso fue todo. No me interesa. No sé si es Marvel, pero vi la primera 'Deadpool' y me pareció muy buena. Increíbles secuencias de acción. Después intenté ver 'Deadpool 2' en un avión, pero tras media hora me di por vencido".
Del otro lado de la grieta, los cineastas que construyeron la exitosa franquicia tratan de no politizar aunque le reclaman a los próceres que vean sus trabajos antes de desprestigiarlos. El último en hablar al respecto ha sido Jon Favreau, director de Iron Man (2008), quien simplemente dijo que los maestros se habían ganado la libertad de manifestar sus opiniones como quieran.
"Son mis héroes, y se han ganado el derecho de expresar sus opiniones. No estaría haciendo lo que estoy haciendo si no esculpen el camino. Sirvieron como fuente de inspiración, puedes volver a Swingers (1996)", comentó en diálogo con CNBC.
Todavía falta que Kevin Feige, presidente de Marvel Studio y orquestador de toda la franquicia se manifieste al respecto. Lo cierto que el hecho de que describan a sus superproducciones como "parques de diversiones" no debe quitarle el sueño. Ahora mismo se debe estar preguntando cómo extender el exitoso recorrido de su montaña rusa.
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